Los trabajos de rehabilitación en las vías del Ferrocarril continúan afectando a los comerciantes en las márgenes, quienes cerraron sus negocios de diversos giros, lamentando que esto ocurra durante la temporada decembrina, cuando esperaban un repunte en sus ventas.
En el caso de Huixtla, los comerciantes expresan su preocupación por las labores realizadas por el gobierno federal, principalmente por el retiro de las vías del tren en la zona urbana y la demolición de algunos inmuebles ubicados dentro de los diez metros establecidos por la empresa ferroviaria para dichos trabajos.
Destacan que en el sector del ferrocarril, entre las calles Francisco I. Madero e Iturbide, al menos 12 negocios tuvieron que cerrar debido a que la empresa acordonó el área que abarca los diez metros, indicando que estos inmuebles no serán demolidos, pero tampoco pueden permanecer abiertos ni operar.
Entre los negocios afectados se encuentran ventas de ropa, alimentos, baños públicos, abarrotes y las oficinas de combis que prestaban servicio en la zona baja, los cuales tuvieron que cerrar y desalojar de manera voluntaria, priorizando la seguridad de comerciantes y clientes.
Ante esta situación, los comerciantes expresaron su intención de buscar locales alternos en otros sectores para poder reinstalar sus establecimientos y así garantizar ingresos económicos para el sostén de sus familias. Sin embargo, desconocen la información sobre la reubicación, ya que aún no reciben detalles por parte del gobierno federal.
Cabe mencionar que en Huixtla, los trabajos en las áreas de las vías del tren comenzaron en los primeros diez días de mayo de este año, cuando se informó a aproximadamente 200 comerciantes informales que debían desalojar la zona. Desde entonces, ha avanzado la delimitación y acordonamiento de territorios hasta llegar al punto actual, donde algunos sectores están marcados hasta donde podrán permanecer.
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La misma problemática se presenta en el barrio Guadalupano de Villa Comaltitlán, donde 35 comerciantes tuvieron que desalojar sus locales, y en Acapetahua, donde se han registrado diez casas demolidas. En Mapastepec, 20 inmuebles, entre casas habitación y negocios, también han debido desalojarse debido al avance de los trabajos, con la salvedad de que el gobierno únicamente respeta los diez metros a los costados en los municipios de Pijijiapan y Huixtla.