¿Qué pasaría si un ser humano nadara en la dársena de Puerto Chiapas? Indudablemente recibiría un impacto fuerte a su salud, la piel resentiría de forma casi inmediata las secuelas dermatológicas y la comezón no se quitaría con nada. Su cuerpo estaría contaminado.
Esta y más secuelas son las que unas 72 especies de peces que habitan en este sector del muelle pesquero padecen desde hace más de una década, a consecuencia de la grave contaminación producida por la presencia de plaguicidas, metales pesados como plomo, basura bacteriológica, grasas y aceites, elementos con alta presencia.
Para el investigador Vicente Castro Castro, la capa contaminante ha provocado la desaparición de algunas especies en la zona del Cabildo y la dársena, como el tiburón, el pez cuatro ojos, la mojarra nativa que cada día se ve menos, pero el impacto ambiental no para allí, ya que estas aguas turbias también llegan hasta la zona de palapas, donde cientos de bañistas acuden todos los fines de semana a tener contacto con este “veneno marino”.
“Los niveles de contaminación están muy claros, se han hecho estudios sobre esta situación, pero a ninguna autoridad le interesa el tema y nadie se hace responsable de atender el problema”, señaló.
Escenario apocalíptico
A este severo daño ecológico se suman el calentamiento del océano, lo que propicia que el metabolismo de los peces se acelere y los haga propensos a daños orgánicos.
“Los eventos de mortalidad masiva comenzarán a suscitarse de forma más constante, si antes los mirábamos cada 10 años, empezaremos a verlos cada cinco años”, advirtió el investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach).
Además, los recursos pesqueros comienzan a agostarse, actividad de la que dependen miles de familias en todo el litoral chiapaneco.
Estaban en procedimientos para echar a a andar sus plantas de tratamiento de aguas residuales, pero no ocurrió nada
Y nadie hace nada. Las industrias que operan en Puerto Chiapas siguen en la impunidad lanzando toda inmundicia directa al mar, bajo el consentimiento de la Profepa y el Ayuntamiento de Tapachula, que son los primeros responsables directos de atender esta situación.
“Hace años estas empresas y la Profepa estaban en procedimientos para echar a a andar sus plantas de tratamiento de aguas residuales, pero no ocurrió nada y siguen arrojando al mar sus desechos, tampoco la planta de aguas residuales de la dársena funciona y eso le compete al municipio verlo”, explicó.
