El principal reto al que se enfrentan los maestros, padres de familia y estudiantes en este 2024 es que se garantice la seguridad en los municipios de las regiones sierra, altos y frontera de Chiapas, que el año pasado se vieron en la necesidad de suspender clases por los constantes enfrentamientos entre grupos delictivos, indicó David Guzmán Salas, de la dirección política de Bases Magisteriales Organizadas de la Sección 40 (Bamos 40).
Explicó que los maestros, maestras y alumnos no solo se enfrentan a la falta de infraestructura escolar y de mantenimiento de las escuelas, sino también a la preocupante falta de seguridad para poder realizar su trabajo en los diferentes municipios con problemas de violencia.
Guzmán Salas, representante del SNTE en la secretaría de contaduría, señaló que alrededor de mil 50 maestros de nivel básico se han visto afectados directamente por los constantes episodios violentos en diferentes puntos de Chiapas.
‘Como maestros o maestras corremos el riesgo de ser amenazados o extorsionados, por ello, se le pide a la autoridad federal, estatal y municipal que brinden la seguridad necesaria para todos: alumnos, padres y docentes que dan clases en los lugares en disputa entre los grupos armados, pues coloca en riesgo la educación de los estudiantes’, expresó.
Añadió que el 30 por ciento de los docentes han sido afectados por esta situación, lo que ha llevado a muchos a decidir no viajar a sus comunidades para impartir clases y a los que residen en zonas en conflicto han optado por no salir de sus hogares por temor a la violencia.
Te puede interesar: Sierra de Chiapas: regreso a clases intermitente en medio de violencia
Precisó que la seguridad se ha convertido en una preocupación primordial, ya que los maestros corren el riesgo de ser amenazados o extorsionados, lo que ha llevado a solicitar a las autoridades federal, estatal y municipal brindar la seguridad necesaria para todos los involucrados en la educación en estas zonas en disputa.
Detalló que las clases se han visto interrumpidas en múltiples ocasiones debido a la escalada de violencia que Chiapas ha experimentado desde el año pasado.
‘Esta crisis de seguridad en Chiapas ha provocado un clima de incertidumbre en el sector educativo. Los enfrentamientos entre grupos delictivos han generado un entorno hostil que no solo afecta el proceso de aprendizaje, sino también la estabilidad emocional y mental de quienes viven o están en las zonas en peligro’, abundó.
Destacó que un 30 por ciento de los maestros no están frente a las aulas y no se les puede obligar a brindar clases cuando su integridad corre riesgo de sufrir algún percance por los actos de violencia que se registran.
Puntualizó que el sector educativo de Chiapas tiene muchos retos de infraestructura, mantenimiento de las escuelas o temas pendientes de reconstrucción que impiden que inicien las clases, sin embargo, no dejan de brindar sus clases pues lo hacen en línea o con cuadernillos.