Mariana lo era todo. Estudiosa, alegre, bonita y muy aplicada, tímida con las demás personas, pero con sus amigos de confianza se liberaba. Su mamá siempre estuvo pendiente de ella, toda su vida y siempre la cuido, que no le faltara lo que necesitaba para lograr su sueño, ser médico.
“En cada reunión de amigos, que generalmente eran en mi casa, siempre estábamos nerviosas, por esas reuniones eran para estudiar previo a un examen, sin embargo terminábamos comiendo pizza y desestresadas, su mamá la iba a dejar e iba por ella al terminar nuestras reuniones, siempre estuvo pendiente de ella”, afirma Maru Ozuna, una de las mejores amigas de Mariana desde la infancia.
Cuenta que se conocieron desde la escuela primaria “siempre estuvimos juntas, salíamos en bailables, hacíamos tareas juntas, convivíamos mucho, estuvimos juntas la primaria, la secundaria y la preparatoria, siempre fue muy linda y mus amigable, era una gran persona que no mereció morir así, por eso hoy estamos exigiendo justicia”, afirma Maru.
“Ella tenía el cabello rubio, chaparrita, de tez blanca y unos ojos hermosos, grandes y claros, era muy linda, en cada actividad de la escuela, siempre llegaba con su bata blanca y decía que ella era la doctora o que iba a ser doctora; tenía esa vocación de ayudar a los demás desde niña”, agrega en entrevista.
“Sin embargo fue esta misma vocación la que lo llevaría a su muerte, esa vocación de ayudar a los demás a través de la medicina, ella era un ángel que tenía luz propia, tenía mucho futuro por delante, era muy estudiosa y estoy segura de iba a ser una gran profesional, era una muy buena persona, por eso estamos indignados, por eso estamos exigiendo justicia, porque ahora todas debemos de cuidarnos, todas estamos en riesgo y eso no puede, no debe suceder en nuestra sociedad”, afirma con el rostro desencajado por la injusticia.
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Mariana es hija única de Lourdes Dávalos Ábrego, Mariana fue asesinada el 28 de enero en Nueva Palestina municipio de Ocosingo, tenía 24 años de edad y realizaba su servicio social en un centro de salud de la Secretaria de Salud del Estado, estudiaba en la Universidad Autónoma de Chiapas.
Su madre, doña Lourdes solo atinó a responder “mi hija era todo para mí, por estamos acá para exigir justicia, no tengo más, tengo que confiar en la Fiscalía General de Justicia del Estado, estoy exigiendo justicia para mi hija, es lo menos que puedo esperar cuando me han arrebatado lo único que tenía”.
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