Lo que era la fábrica de harina de plátano que había comenzado sus operaciones en el 2004-2005, hoy lamentable y tristemente es una obra que quedó convertida en un verdadero elefante blanco, de la cual decenas de campesinos que ya dependían fueron migrando de las comunidades de la zona baja de este municipio.
Jacobo Hidalgo Méndez, quien prácticamente se ha quedado al cuidado de estas instalaciones de la fábrica Airaplauso, que fue instalada en la comunidad Xochicalco Nuevo, comentó que él también es socio de éste grupo que se formó durante el trienio del alcalde Rubén Pérez Gómez, quien también aportó recursos de su ayuntamiento para que el proyecto se hiciera realidad, ya que en esta zona se sigue cosechando cientos de hectáreas de plátano.
Te puede interesar: Campesinos piden precios justos para el café robusta
Recordó que la fábrica efectivamente comenzó sus operaciones generando empleo a más de 60 personas entre campesinos y productores, incluyendo mujeres que lavaban la fruta y lo más importante es que casi todos eran gente de las comunidades rurales de la zona baja.
Apuntó que en este proyecto había un padrón de 70 productores de plátano que proporcionaban la materia prima y se adjuntaba para el procedimiento de la harina de la cual se generaba un promedio de tres toneladas por día y se hacía el corte de plátano dos veces por mes, con ello se abastecía para que la fábrica no dejara de trabajar y de esta manera funcionó por espacio de tres años.
Asimismo dijo que la directiva que inició este proyecto encabezada por Horacio Hidalgo, afortunadamente ya tenía mercado, puesto que el producto se entregaba en la ciudad de Tapachula e incluso al mismo Gobierno Federal a través de las tiendas Conasupo, ya que la harina extraída del plátano definitivamente es un producto nutritivo y ya tenía marca registrada.
Hidalgo Méndez, señaló que después vinieron los cambios de una nueva directiva, misma que ya no dio seguimiento a buscar mercado para poder vender el producto y tristemente fue bajando el número de trabajadores hasta terminar con esta fábrica que ningún nivel de Gobierno ha puesto interés en reactivarla.
“Y es que nosotros como socios de esta fábrica hemos estado esperando que el Gobierno o la iniciativa privada visite estas instalaciones para que inviertan con los productores de plátano ya que actualmente todos trabajamos de manera independiente pero la sociedad está interesada en volver a trabajar los motores de molienda y procesadora de la harina”, dijo.
Dijo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) terminó por cortar el suministro de energía eléctrica debido que la fábrica dejó de consumir el servicio y hasta la fecha las instalaciones continúan cerradas, mientras a su interior el panorama lamentablemente es desolador convertido en nido de ratas y animales ponzoñosos.
Apenas sobreviven, urge atención de CONAGUA
Remarcó que los productores de plátano luego que dejó de funcionar esta fábrica, todos de manera independiente salen a vender el plátano a los pueblos más cercanos de esta región de la zona costa, incluyendo los municipios de Tapachula, Escuintla, Mapastepec, Villa Comaltitlán y Huixtla, pero que ciertamente las ganancias han sido menos comparadas a las que obtenían en la harinera.
Mencionó que es triste para los productores de plátano no poder recibir apoyo del Gobierno ya que en esta zona siempre han sido afectados por las lluvias como ha sucedió desde el mes de septiembre de este 2022 donde en realidad sus cultivos han sido severamente afectados por las inundaciones tras desbordarse el río Despoblado donde aún hay parcelas dentro del agua y sin que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) inicie trabajos de cerrar la enorme ventana de aproximadamente de 300 metros.