En el transcurso del año 2023, la ciudad fronteriza de Tapachula ha sido testigo de una significativa afluencia de migrantes de muchas nacionalidades, en mayor medida de haitianos y cubanos. Esta situación ha generado un impacto notable en la dinámica social y económica de la región, particularmente en los sectores de vivienda y transporte.
La oleada de cubanos que arribaron a esta frontera sur desencadenó un incremento vertiginoso en los costos de alquiler de viviendas en la ciudad. Los precios, que solían mantenerse en niveles accesibles, experimentaron un aumento considerable, que llegó a alcanzar la cifra de 150 dólares por persona en un espacio compartido, donde se alojaban hasta 10 individuos.
Te puede interesar: Investigadores prevén que el flujo migratorio aumente el próximo año
Asimismo, el servicio de taxis ha sido otro de los sectores afectados por esta oleada migratoria, pues a pesar de la ausencia de un incremento oficial en las tarifas, se ha evidenciado un alza significativa en los costos de los trayectos, que pasaron de 50 a 70 pesos, incluso hay corridas que los taxistas cobran 80 pesos o más sin distinción de la distancia recorrida.
Esta situación ha ocurrido sin respuesta o regulación por parte de las autoridades de Vialidad y Tránsito del Estado, por lo cual algunas asociaciones de transportistas se han pronunciado y pedido a la población denuncie abusos o presente sus quejas por el servicio.
La falta de medidas para controlar estos aumentos desproporcionados ha generado una preocupación creciente entre la comunidad local, ya que los taxistas y los arrendadores ahora le quieren cobrar a los mexicanos como si fueran migrantes.
Activistas de derechos humanos y sacerdotes de la ciudad han destacado la necesidad urgente de intervenciones gubernamentales que aborden estos problemas, para garantizar condiciones dignas a los migrantes y que también protejan los derechos de la población local.
El impacto social de esta crisis de cubanos y haitianos ha dejado en evidencia la fragilidad de los sistemas de alojamiento y transporte en Tapachula. Los habitantes de la ciudad se enfrentan a una realidad donde la oferta de vivienda asequible se ha reducido considerablemente, mientras que el costo de vida se ha elevado tanto por los migrantes como por la inflación.
La oleada migratoria de haitianos y cubanos ha generado esta serie de desafíos socioeconómicos en Tapachula, manifestándose con mayor énfasis en el encarecimiento de la vivienda y el incremento injustificado en las tarifas de transporte.
Davidson Pierre, originario de Haití, mencionó que es mucho lo que les cobran de renta, pero no les queda de otra que pagar, ya que no encuentran casas donde no les cobren por persona y se ven en la necesidad de pagar lo que les piden.
“Los haitianos somos trabajadores y nos gusta luchar para pagar renta y no estar durmiendo en la calle, pues es peligroso para mi hijo e hija con la que llegué a la ciudad hace tres meses y no sabemos cuánto tiempo pasaremos en la ciudad”, expresó.
Lisandra Gutiérrez, originaria de Cuba, considera que son abusos los que hacen con ellos los arrendadores en Tapachula y que debe haber quien les ponga un alto, ya que no todos los migrantes tienen recursos para pagar lo que piden de renta.
“Estamos cansados de que las personas mexicanas nos vean como símbolo de dólares y nos quieran sacar lo poco que tenemos para poder llegar a los Estados Unidos y darles una mejor vida a nuestra familia”, puntualizó.
Cabe destacar que los haitianos y cubanos, según el más reciente reporte del mes de noviembre, ocupan los primeros lugares en solicitudes de asilo en México con 43 mil 459 peticiones (primer lugar) y 17 mil 686 (tercer lugar).
.jpeg "COLECTIVO (2).jpeg")
.jpg "Proyecto nuevo (3).jpg")