La problemática del transporte público en la mayoría de las ciudades de Chiapas tiene los mismos elementos: choferes que conducen muy rápido, peleas por el pasaje, imprudencia, unidades en mal estado y sobrecupo entre otras situaciones.
A través de la página de Facebook de Diario del Sur, lectores han propuesto algunas posibles soluciones que podrían contribuir a mejorar o cambiar las situaciones denunciadas casi a diario por los usuarios del transporte público.
El primer análisis implica dos factores a tener en cuenta, uno de ellos la escasez de transporte en horas pico y la falta de responsabilidad por parte de los choferes que en su mayoría no toman conciencia sobre las vidas humanas que están en sus manos.
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A esto se suma, según otra opinión, la corrupción que involucraría a agentes de tránsito y vialidad que son señalados por su omisión ante las continuas violaciones al reglamento por parte de quienes conducen estas unidades.
Entre las propuestas para mejorar el servicio está que el transporte público en las ciudades grandes, deje de ser proveído por unidades de poco aforo, como lo son las Urvan y en su lugar se utilicen microbuses, esto ofrece una mayor cantidad de asientos por vuelta de la unidad, y reduce la necesidad de contar con más unidades.
Contar también con rutas trazadas para considerar el crecimiento urbano, de modo que haya por lo menos cuatro rutas que corran por los mismos ejes principales de la ciudad, permitiendo un ahorro en los pasajes al evitar transbordos.
Además de la propuesta de ampliar los horarios hasta por lo menos, las 11 de la noche pues en Tapachula cada vez hay más necesidad de transporte público en horarios nocturnos y la mayoría de las rutas dan su última vuelta a las 8:30 de la noche dejando a muchas personas a la espera pues se supone debería ser hasta las 9 de la noche cuando se acabara el servicio.
La otra observación es que los choferes de colectivos respeten los horarios de sus vueltas para que no se junten dos o tres unidades pasando por el mismo sitio al mismo tiempo y eso evitaría la acumulación de pasajeros o la falta de ellos y disminuiría las posibilidades que hagan “carreritas” por pelearse el pasaje.
La otra cara de la moneda
Por otro lado, también está la situación de los choferes que en su horario deben sacar la suficiente cantidad de dinero para pagar la cuenta, es decir, la cantidad establecida por el dueño de la unidad y generalmente de las placas, y que suelen ser bastante altas.
Tienen también que pagar el combustible, generalmente el arreglo de la unidad, lavado del colectivo y además, conseguir el ingreso para el sustento de su hogar.
Estos son los factores que ellos explican que les llevan a buscar tener la mayor cantidad de pasaje posible, además de que no cuentan con prestaciones de ley o cobertura alguna y en ocasiones, el seguro de vida que debería cubrir a la unidad y los daños a sus tripulantes, no los cubre a ellos y muchas veces, las unidades ni siquiera cuentan con este que es un requisito por ley.
Cada vez que ocurre un aumento en el costo del pasaje, los transportistas aseguran que darán mantenimiento a las unidades y capacitación a los choferes, los hechos, demuestran otra cosa.