El Cártel Chamula, la organización delictiva que mantiene en vilo a Chiapas

Este cártel ha mantenido en vilo a Chiapas, el estado sureño de México con su creciente poderío criminal

El Heraldo de Chiapas

  · martes 18 de abril de 2023

Este cártel ha mantenido en vilo a Chiapas / Foto: Archivo | El Heraldo de Chiapas

En noviembre de 2021, el entonces subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, hizo un reconocimiento sorprendente: la existencia del Cártel San Juan Chamula (CSJC), conformado en su mayoría por indígenas. Este cártel ha mantenido en vilo a Chiapas, el estado sureño de México, con su creciente poderío criminal.

El origen del CSJC se remonta a la decadencia del grupo criminal Los Zetas en la región de los Altos, hace más de una década. Los Zetas controlaban el tráfico de drogas, la tala ilegal de madera, el tráfico de personas y armas, y tenían células criminales en municipios chiapanecos estratégicos como Comitán, San Andrés Larráinzar, Chenalhó, San Juan Chamula y San Cristóbal de las Casas.

Con el declive de Los Zetas en San Juan Chamula, surgió el Cártel de Chamula, conformado en su mayoría por indígenas tsotsiles / Foto: Archivo | El Heraldo de Chiapas

Con el declive de Los Zetas en San Juan Chamula, surgió el Cártel de Chamula, conformado en su mayoría por indígenas tsotsiles. Bajo el liderazgo de "El Caracol", cuyo verdadero nombre aún es desconocido, este cártel ha replicado la logística criminal de Los Zetas y la ha utilizado en su propio provecho.

El Cártel de Chamula ha tomado el control de la trata de personas, el tráfico de migrantes, armas, combustible, drogas, el cobro de piso y la denominada "etnopornografía", que implica la explotación sexual de mujeres indígenas. Su poder se ha extendido por todos los municipios que desembocan en el Golfo de México, donde llega la mercancía ilícita.

La presencia del Cártel de Chamula ha generado temor y violencia en Chiapas. En noviembre de 2021, el fiscal de Justicia Indígena, Gregorio Pérez Gómez, fue asesinado con seis balazos por uno de los miembros de este cártel. Además, su actividad criminal ha afectado la seguridad y el bienestar de las comunidades indígenas en la región.

Así pues, el Mercado Norte se ha vuelto un centro de distribución de drogas y donde se pueden adquirir todo tipo de armas, siendo el 'núcleo' de la actual disputa por el control, siendo cerca de 300 locatarios que deben pagar cuotas mensuales para que los dejen trabajar.

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