/ viernes 8 de diciembre de 2023

Carrereando la Chuleta | La importancia de la coherencia

Arrancaron las inscripciones al proceso interno de Morena para la elección a presidentes municipales, diputados, y varios ya la están buscando a como dé lugar, incluso en contra de la razón; es el partido más popular en el momento y quieren que se les haga dirigir los destinos de Tapachula o representar a sus ciudadanos en el Congreso.

No es extrañarse que hay algunos grandes cínicos (que no tienen ni noción de lo que es la vergüenza) a los que no les importa lo que hayan hecho o dejado de hacer, o la calaña que son, pero que quieren estar. Ya se les olvidaron sus amigos (que no eran tal), sus partidos políticos, las corrientes a las que representaban, hasta el apellido si con eso garantizan un lugar.

Es tiempo de maroma y circo, aunque, por otro lado, también tendremos la oportunidad de irle pidiendo a los pretensos y “bien intencionados” candidatos, que vayan mostrando de qué están hechos, qué proponen, qué ofrecen, de dónde vienen, cuál es la capacidad que tienen, si están preparados académicamente, qué nivel de estudios poseen, cuál es su experiencia, en qué áreas.

Como mínimo tendríamos que exigir experiencia, estudios que avalen que van a hacer un buen trabajo y no nomás a echar a perder o a sentarse a cobrar; el conocimiento de Tapachula, de sus problemas y la capacidad que se tiene para resolverlos.

Sería entonces sano que algunos pretensos ingenuos, incautos, se dieran cuenta por sí solitos que no tienen la más mínima oportunidad de buscar el cargo que pretenden. Hay algunos que son populares nada más en la cuadra donde viven, o con sus cuates en las fiestas, pero eso no les da la capacidad de poder resolver problemas, los muchos problemas que presenta Tapachula. Eso cualquiera en su sano juicio lo debería saber, aceptar y entender, pero la embriaguez de querer ganar nomás porque sí, no se los permite.

El que alguien se haya tomado una foto casual con el presidente de la República, o con el gobernador, o con Eduardo Ramírez, no es sinónimo de saber gobernar, ¡ubíquense, pues!

Sin embargo, afortunadamente hay algunos que tienen estudios, capacidad, posicionamiento social, reconocimiento del sector empresarial y del sector popular, bueno, pues a esos hay que exigirles más porque estos tiempos y los que se avecinan no van a hacer nada fáciles.

Aquí aplica que el cuento no tiene que ser fantasioso para que guste, acá incluso el cuento pasa a segundo término porque ya no estamos para tiempos de cuentos, estamos en los tiempos en donde se requieren historias de éxito, ejemplos contundentes, no forzosamente tiene que caer bien dar de brincos o andar. Encomendándose a la fe de Dios, no lo hechos van a hablar. Eso es lo que debe de respaldar al político que ahorita pretenda buscar un cargo de lección popular, y mire que hay algunos que no tienen nada porque en toda su vida, lo único que han hecho es aplaudir y tomarse fotos.

Hay algunos que ya saben que perdieron o que van van a perder, ya lo saben y no es menospreciar a las personas es ubicarlas en la realidad en la que están ya lo dijo un filósofo amigo de la filósofa de Xochiltepec, si dos perros Caranan, una liebre y el de adelante no la alcanza el de atrás, menos..

Tantita coherencia, señores, tantita coherencia; ya no estamos para improvisados, si dicen “amar” a Tapachula, demuéstrenlo haciéndose a un lado y dejando trabajar a quienes sí saben y pueden. Mucho agradeceré sus comentarios a rgonzález@.com.mx

Arrancaron las inscripciones al proceso interno de Morena para la elección a presidentes municipales, diputados, y varios ya la están buscando a como dé lugar, incluso en contra de la razón; es el partido más popular en el momento y quieren que se les haga dirigir los destinos de Tapachula o representar a sus ciudadanos en el Congreso.

No es extrañarse que hay algunos grandes cínicos (que no tienen ni noción de lo que es la vergüenza) a los que no les importa lo que hayan hecho o dejado de hacer, o la calaña que son, pero que quieren estar. Ya se les olvidaron sus amigos (que no eran tal), sus partidos políticos, las corrientes a las que representaban, hasta el apellido si con eso garantizan un lugar.

Es tiempo de maroma y circo, aunque, por otro lado, también tendremos la oportunidad de irle pidiendo a los pretensos y “bien intencionados” candidatos, que vayan mostrando de qué están hechos, qué proponen, qué ofrecen, de dónde vienen, cuál es la capacidad que tienen, si están preparados académicamente, qué nivel de estudios poseen, cuál es su experiencia, en qué áreas.

Como mínimo tendríamos que exigir experiencia, estudios que avalen que van a hacer un buen trabajo y no nomás a echar a perder o a sentarse a cobrar; el conocimiento de Tapachula, de sus problemas y la capacidad que se tiene para resolverlos.

Sería entonces sano que algunos pretensos ingenuos, incautos, se dieran cuenta por sí solitos que no tienen la más mínima oportunidad de buscar el cargo que pretenden. Hay algunos que son populares nada más en la cuadra donde viven, o con sus cuates en las fiestas, pero eso no les da la capacidad de poder resolver problemas, los muchos problemas que presenta Tapachula. Eso cualquiera en su sano juicio lo debería saber, aceptar y entender, pero la embriaguez de querer ganar nomás porque sí, no se los permite.

El que alguien se haya tomado una foto casual con el presidente de la República, o con el gobernador, o con Eduardo Ramírez, no es sinónimo de saber gobernar, ¡ubíquense, pues!

Sin embargo, afortunadamente hay algunos que tienen estudios, capacidad, posicionamiento social, reconocimiento del sector empresarial y del sector popular, bueno, pues a esos hay que exigirles más porque estos tiempos y los que se avecinan no van a hacer nada fáciles.

Aquí aplica que el cuento no tiene que ser fantasioso para que guste, acá incluso el cuento pasa a segundo término porque ya no estamos para tiempos de cuentos, estamos en los tiempos en donde se requieren historias de éxito, ejemplos contundentes, no forzosamente tiene que caer bien dar de brincos o andar. Encomendándose a la fe de Dios, no lo hechos van a hablar. Eso es lo que debe de respaldar al político que ahorita pretenda buscar un cargo de lección popular, y mire que hay algunos que no tienen nada porque en toda su vida, lo único que han hecho es aplaudir y tomarse fotos.

Hay algunos que ya saben que perdieron o que van van a perder, ya lo saben y no es menospreciar a las personas es ubicarlas en la realidad en la que están ya lo dijo un filósofo amigo de la filósofa de Xochiltepec, si dos perros Caranan, una liebre y el de adelante no la alcanza el de atrás, menos..

Tantita coherencia, señores, tantita coherencia; ya no estamos para improvisados, si dicen “amar” a Tapachula, demuéstrenlo haciéndose a un lado y dejando trabajar a quienes sí saben y pueden. Mucho agradeceré sus comentarios a rgonzález@.com.mx