/ martes 26 de septiembre de 2023

En la Mira | Las posibilidades de Carlos Morales en la contienda por Chiapas

En una cadena de inesperados reacomodos dentro del tablero electoral, el actual presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez terminó quedando al frente de un proyecto político por la gubernatura chiapaneca cuyo futuro podría sorprender a más de uno. Pero… ¿cuáles son las posibilidades reales de Carlos Morales Vázquez en la contienda interna por la candidatura al gobierno de Chiapas?

El actual alcalde tuxtleco es un viejo conocido de la vida pública chiapaneca, sobre todo en la capital del estado. Inició su carrera política dentro de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ocupando además la dirigencia estatal de la Confederación Nacional Campesina y un espacio dentro del congreso local durante la primera mitad de los años noventa, hasta 1995 cuando llegó el rompimiento con el PRI.

Fue en 1997 cuando, a invitación del propio Andrés Manuel López Obrador, ya afiliado al Partido de la Revolución Democrática (PRD), contendió por una diputación federal, que finalmente ganó. Desde entonces, su carrera política, ahora desde la oposición, comenzó a cobrar mayor relevancia en las contiendas locales, protagonizando una de las controversias electorales más sonadas por el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez en 2001.

Desde su ingreso al PRD, teniendo además la relación cercana de su hermano Plácido Morales con López Obrador, Carlos se convirtió en un personaje cercano a la corriente del obradorismo. Incluso, le tocó ir a elección nuevamente por una diputación federal en 2006, justo durante las controversiales elecciones presidenciales que terminaron con fuertes protestas ante el supuesto fraude electoral de ese año.

El rostro de Morales Vázquez se popularizó a nivel nacional entre las imágenes más duras de los enfrentamientos protagonizados por diputados perredistas que intentaban, ese 1 de diciembre de 2006, impedir la toma de protesta de Felipe Calderón… Sin embargo, con el desarrollo del gobierno calderonista y la conclusión de su periódico legislativo en 2009, el perredista quedó en “la banca” por los siguientes tres años.

Así se mantuvo, hasta las elecciones presidenciales de 2012 cuando nuevamente intentó ser presidente municipal de la capital chiapaneca por la alianza perredista, pero nuevamente fue derrotado por el candidato pactado desde el poder, por lo que al final de cuentas fue invitado por Manuel Velasco Coello para encabezar la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural, donde se mantuvo el resto del sexenio.

Su retorno a las contiendas electorales se dio en 2018, nuevamente junto a López Obrador, pero esta vez desde Morena. Fue así como, después de 17 años de su primer intento, cuando finalmente se le hizo quedarse con el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, logrando reelegirse para un segundo periodo en 2021.

Aunque su relación con el gobierno estatal no ha sido tersa, Morales Vázquez construyó casi desde el inicio del actual sexenio una relación muy estrecha con Zoé Robledo y su equipo cercano. La intención desde el comienzo fue sumarse al equipo del funcionario federal para impulsar su proyecto político rumbo al gobierno de Chiapas, calculando para Morales un posible beneficio legislativo con miras al Senado.

Para nadie era un secreto ya que Morales fue uno de los principales impulsores de Robledo en Chiapas. Su integración al equipo de Zoé lo llevó también a sumarse a la estructura de Claudia Sheinbaum para impulsar su candidatura; y eso inevitablemente le generó nuevas complicaciones dentro de la entidad. No obstante, ni siquiera él mismo imaginó las vueltas que daría su rol dentro de los equipos políticos a los que se había sumado, como resultado de acuerdos y reajustes nacionales inesperados.

La declinación de Zoé Robledo el pasado mes de agosto movió todo dentro del equipo que se había conformado en Chiapas, dejando a Manuela Obrador y a Carlos Morales Vázquez al frente de la estructura. Ambos recorrerían la entidad rumbo a la contienda de 2024, hasta que abruptamente Manuela fue bajada de la disputa al gobierno de Chiapas por su propio primo Andrés Manuel… y la circunstancias se alinearon a favor de Morales.

Hoy Carlos Morales Vázquez ha quedado al frente de toda la estructura política que movía hasta hace unas semanas la candidatura de Zoé Robledo Aburto al gobierno de Chiapas. Sin planearlo de inicio, se ha convertido en la nueva bandera de todas las estructuras conformadas para el proyecto político de “el provenir”, amasado durante los últimos seis años. Y no debe tomarse a la ligera.

El actual presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez representa hasta hoy, no sólo todos los intereses de Zoé Robledo para su proyecto y equipo dentro de Chiapas, sino también el único equipo operativo real de Sheinbaum dentro de la contienda morenista por el gobierno de Chiapas. Sin olvidar la cercanía que su hermano tiene con López Orador y el papel que (Plácido) tendrá dentro de la propia encuesta.

No es gratuito que Carlos Morales use ahora la leyenda del “verdadero obradorismo” para acompañar la promoción de su imagen. Finalmente, sabe muy bien que esos antecedentes que lo vinculan bien a Obrador son uno de sus principales capitales para conseguir la simpatía de las bases morenistas dentro de una contienda interna por Chiapas donde las vinculaciones legítimas con el obradorismo no son precisamente la carta de presentación en el resto de los contendientes… así las cosas.

En una cadena de inesperados reacomodos dentro del tablero electoral, el actual presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez terminó quedando al frente de un proyecto político por la gubernatura chiapaneca cuyo futuro podría sorprender a más de uno. Pero… ¿cuáles son las posibilidades reales de Carlos Morales Vázquez en la contienda interna por la candidatura al gobierno de Chiapas?

El actual alcalde tuxtleco es un viejo conocido de la vida pública chiapaneca, sobre todo en la capital del estado. Inició su carrera política dentro de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ocupando además la dirigencia estatal de la Confederación Nacional Campesina y un espacio dentro del congreso local durante la primera mitad de los años noventa, hasta 1995 cuando llegó el rompimiento con el PRI.

Fue en 1997 cuando, a invitación del propio Andrés Manuel López Obrador, ya afiliado al Partido de la Revolución Democrática (PRD), contendió por una diputación federal, que finalmente ganó. Desde entonces, su carrera política, ahora desde la oposición, comenzó a cobrar mayor relevancia en las contiendas locales, protagonizando una de las controversias electorales más sonadas por el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez en 2001.

Desde su ingreso al PRD, teniendo además la relación cercana de su hermano Plácido Morales con López Obrador, Carlos se convirtió en un personaje cercano a la corriente del obradorismo. Incluso, le tocó ir a elección nuevamente por una diputación federal en 2006, justo durante las controversiales elecciones presidenciales que terminaron con fuertes protestas ante el supuesto fraude electoral de ese año.

El rostro de Morales Vázquez se popularizó a nivel nacional entre las imágenes más duras de los enfrentamientos protagonizados por diputados perredistas que intentaban, ese 1 de diciembre de 2006, impedir la toma de protesta de Felipe Calderón… Sin embargo, con el desarrollo del gobierno calderonista y la conclusión de su periódico legislativo en 2009, el perredista quedó en “la banca” por los siguientes tres años.

Así se mantuvo, hasta las elecciones presidenciales de 2012 cuando nuevamente intentó ser presidente municipal de la capital chiapaneca por la alianza perredista, pero nuevamente fue derrotado por el candidato pactado desde el poder, por lo que al final de cuentas fue invitado por Manuel Velasco Coello para encabezar la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural, donde se mantuvo el resto del sexenio.

Su retorno a las contiendas electorales se dio en 2018, nuevamente junto a López Obrador, pero esta vez desde Morena. Fue así como, después de 17 años de su primer intento, cuando finalmente se le hizo quedarse con el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, logrando reelegirse para un segundo periodo en 2021.

Aunque su relación con el gobierno estatal no ha sido tersa, Morales Vázquez construyó casi desde el inicio del actual sexenio una relación muy estrecha con Zoé Robledo y su equipo cercano. La intención desde el comienzo fue sumarse al equipo del funcionario federal para impulsar su proyecto político rumbo al gobierno de Chiapas, calculando para Morales un posible beneficio legislativo con miras al Senado.

Para nadie era un secreto ya que Morales fue uno de los principales impulsores de Robledo en Chiapas. Su integración al equipo de Zoé lo llevó también a sumarse a la estructura de Claudia Sheinbaum para impulsar su candidatura; y eso inevitablemente le generó nuevas complicaciones dentro de la entidad. No obstante, ni siquiera él mismo imaginó las vueltas que daría su rol dentro de los equipos políticos a los que se había sumado, como resultado de acuerdos y reajustes nacionales inesperados.

La declinación de Zoé Robledo el pasado mes de agosto movió todo dentro del equipo que se había conformado en Chiapas, dejando a Manuela Obrador y a Carlos Morales Vázquez al frente de la estructura. Ambos recorrerían la entidad rumbo a la contienda de 2024, hasta que abruptamente Manuela fue bajada de la disputa al gobierno de Chiapas por su propio primo Andrés Manuel… y la circunstancias se alinearon a favor de Morales.

Hoy Carlos Morales Vázquez ha quedado al frente de toda la estructura política que movía hasta hace unas semanas la candidatura de Zoé Robledo Aburto al gobierno de Chiapas. Sin planearlo de inicio, se ha convertido en la nueva bandera de todas las estructuras conformadas para el proyecto político de “el provenir”, amasado durante los últimos seis años. Y no debe tomarse a la ligera.

El actual presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez representa hasta hoy, no sólo todos los intereses de Zoé Robledo para su proyecto y equipo dentro de Chiapas, sino también el único equipo operativo real de Sheinbaum dentro de la contienda morenista por el gobierno de Chiapas. Sin olvidar la cercanía que su hermano tiene con López Orador y el papel que (Plácido) tendrá dentro de la propia encuesta.

No es gratuito que Carlos Morales use ahora la leyenda del “verdadero obradorismo” para acompañar la promoción de su imagen. Finalmente, sabe muy bien que esos antecedentes que lo vinculan bien a Obrador son uno de sus principales capitales para conseguir la simpatía de las bases morenistas dentro de una contienda interna por Chiapas donde las vinculaciones legítimas con el obradorismo no son precisamente la carta de presentación en el resto de los contendientes… así las cosas.