/ martes 26 de diciembre de 2023

Salud en la Red | Envejecimiento productivo y longevidad: UN Nuevo paradigma de la salud

México se encuentra en un proceso de envejecimiento poblacional, es decir, en el aumento, tanto en volumen, como proporción de las personas mayores a 60 años en relación con los otros grupos de edad, según el Consejo Nacional de Población; es por ello, que el envejecimiento y la longevidad poblacional son uno de los mayores desafíos para el siglo XXI y se puede considerar como un riesgo si no tenemos las políticas y programas adecuados; porque como ya lo hemos hablado en otras columnas, –con el objeto de concientizar y sensibilizar a cada lector–, la principal amenaza mundial a la salud pública y que ya es considerada la más preocupante crisis sanitaria mundial son las enfermedades no transmisibles, crónicas y/o degenerativas –donde según la OMS, el 70% de las defunciones que se producen en el planeta son a causa de estas enfermedades, por lo que el objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es reducir en un 33% las muertes causadas por padecimientos considerados crónicos, como los cardiovasculares, las respiratorias, el cáncer, la diabetes, VIH/SIDA, entre muchas otros–, que atraen a un colapso mundial a las administraciones públicas y sus presupuestos, por la demanda de atención –ya que las afecciones se presentan en más de un 60% de la población; no solo afectándolos en su salud física y mental, sino también en su crecimiento económico, desarrollo y exclusión social–, a su vez, existiendo fenómenos que incrementan su peligrosidad como son la resistencia a los antimicrobianos, el aumento del sobrepeso u obesidad en la población, el manejo del estrés y el envejecimiento poblacional, en relación con las brechas de desigualdad, equidad, marginación y exclusión social en la población al requerir atención oportuna, correcta, de calidad y accesible en los servicios médicos y medicamentos; demostrando que enfermar y morir en México es una de las manifestaciones de la desigualdad social y del acceso diferenciado en los servicios de salud que generan disparidades en la esperanza y calidad de vida y el aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad, que van sumergiendo aun más a la población, sobre todo al grupo de población mayor a 60 años –ya que la mayor parte de la sociedad los percibe como miembros inactivos o poco productivos dentro de la comunidad, y al no contar todos con un patrimonio o pensión digna para mantener sus necesidades básicas, además de no poder contar con una seguridad social pública completa, correcta y accesible para atender de manera puntual sus patologías, siendo esta situación una condicionante más de vulnerabilidad, pobreza y exclusión social, llegan a representar una carga para la sociedad– y sobre la base de la evidencia científica que demuestra que el bajo nivel socioeconómico es uno de los indicadores más fuertes de la morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo; siendo una realidad que lleva a las personas a una situación de pobreza que perjudican severamente su salud y donde los pone en la posición de tener que elegir entre comer o medicarse, generando una espiral muy dañina, que va desde la agravación de la enfermedad y/o la aparición de nuevas enfermedades, la salida del mercado laboral -en caso de tenerlo– y/o la falta de oportunidad para entrar –que hoy en día es muy escasa a esta edad–, la falta de recursos económicos, la falta de acceso a servicios sanitarios y la renuncia de la compra de medicamentos para cubrir otros bienes básicos como la comida, la falta de adherencia a los tratamientos médicos o acceso a este servicio, lo que da como resultado a una mayor exigencia sanitaria pública y asistencial.


El desafío para los gobiernos es la falta de planificación actualizada, donde aparecen los planes de retiro y los viejos modelos de seguridad social de principios del siglo XX, donde la esperanza de vida era no más de 60 años, y las tazas de enfermedades no transmisibles eran menores a la actualidad; hoy tenemos que centrarnos en la población adulta mayor, generando estrategias potencialmente eficaces para fomentar el envejecimiento saludable, activo y productivo –como su nombre lo implica, el envejecimiento productivo, refiriéndonos a la forma en la que podemos envejecer sin dejar de ser miembros activos y productivos dentro de la sociedad en la cual vivimos y que ya no seamos considerados una carga–, con mayor atención preventiva para que el riego de carga sanitaria disminuya en la población.


Estamos comenzando a darnos cuenta que trabajar juntos es importante y centrarnos en las necesidades de este grupo poblacional es imperativo; de poco sirve la visibilización del problema, si una vez evidenciado, no encontramos la respuesta a la pregunta ¿y ahora qué?, ¿qué es lo que sigue?… porque cuando hablamos de una población sumergida en pobreza farmacéutica y exclusión sanitaria, de cualquier enfermedad crónica, representa una carga económica, porque la incapacidad para hacer frente a los gastos corrientes genera empobrecimiento a los pacientes y sus familias que antes no estaban en esa situación, demandando aún más una ayuda a un sistema de salud público que hoy en día no está pudiendo hacer frente a esta problemática social, volviéndose claramente una carga para los contribuyentes.


Es por ello, que RedSalud Internacional desarrolla el programa “Envejecer con salud” y con la Federación Estatal de la Productividad Estado de Chiapas trabajamos unidos y en coordinación con otras organizaciones para apoyar a las personas en exclusión sanitaria, sobretodo haciendo énfasis al apoyo de adultos mayores y jubilados, que por sus necesidades específicas en esta etapa demandan mayor atención, congratulándonos de esta asociación, al establecer la primera farmacia incluyente de adultos mayores y jubilados, consolidando el Fondo Solidario de Medicamentos para este sector con el objetivo de que en un futuro no muy lejano no tengan que decidir entre comer o medicarse, donde pretendemos generar la red más grande de atención a nivel nacional que nos ayuden a fortalecer nuestro trabajo social, que nos permita llegar a cada rincón de México con nuestros recursos para contribuir al bienestar social y el progreso de los adultos mayores y jubilados. Tanto si perteneces a una organización civil, institución, escuela, empresa o de manera personal, si estás interesado en colaborar no dudes en contactarnos al correo afilia-t@rsalud.com.mx o al whatsapp 2222388473.

Comentarios: direccion@rsalud.com.mx

México se encuentra en un proceso de envejecimiento poblacional, es decir, en el aumento, tanto en volumen, como proporción de las personas mayores a 60 años en relación con los otros grupos de edad, según el Consejo Nacional de Población; es por ello, que el envejecimiento y la longevidad poblacional son uno de los mayores desafíos para el siglo XXI y se puede considerar como un riesgo si no tenemos las políticas y programas adecuados; porque como ya lo hemos hablado en otras columnas, –con el objeto de concientizar y sensibilizar a cada lector–, la principal amenaza mundial a la salud pública y que ya es considerada la más preocupante crisis sanitaria mundial son las enfermedades no transmisibles, crónicas y/o degenerativas –donde según la OMS, el 70% de las defunciones que se producen en el planeta son a causa de estas enfermedades, por lo que el objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es reducir en un 33% las muertes causadas por padecimientos considerados crónicos, como los cardiovasculares, las respiratorias, el cáncer, la diabetes, VIH/SIDA, entre muchas otros–, que atraen a un colapso mundial a las administraciones públicas y sus presupuestos, por la demanda de atención –ya que las afecciones se presentan en más de un 60% de la población; no solo afectándolos en su salud física y mental, sino también en su crecimiento económico, desarrollo y exclusión social–, a su vez, existiendo fenómenos que incrementan su peligrosidad como son la resistencia a los antimicrobianos, el aumento del sobrepeso u obesidad en la población, el manejo del estrés y el envejecimiento poblacional, en relación con las brechas de desigualdad, equidad, marginación y exclusión social en la población al requerir atención oportuna, correcta, de calidad y accesible en los servicios médicos y medicamentos; demostrando que enfermar y morir en México es una de las manifestaciones de la desigualdad social y del acceso diferenciado en los servicios de salud que generan disparidades en la esperanza y calidad de vida y el aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad, que van sumergiendo aun más a la población, sobre todo al grupo de población mayor a 60 años –ya que la mayor parte de la sociedad los percibe como miembros inactivos o poco productivos dentro de la comunidad, y al no contar todos con un patrimonio o pensión digna para mantener sus necesidades básicas, además de no poder contar con una seguridad social pública completa, correcta y accesible para atender de manera puntual sus patologías, siendo esta situación una condicionante más de vulnerabilidad, pobreza y exclusión social, llegan a representar una carga para la sociedad– y sobre la base de la evidencia científica que demuestra que el bajo nivel socioeconómico es uno de los indicadores más fuertes de la morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo; siendo una realidad que lleva a las personas a una situación de pobreza que perjudican severamente su salud y donde los pone en la posición de tener que elegir entre comer o medicarse, generando una espiral muy dañina, que va desde la agravación de la enfermedad y/o la aparición de nuevas enfermedades, la salida del mercado laboral -en caso de tenerlo– y/o la falta de oportunidad para entrar –que hoy en día es muy escasa a esta edad–, la falta de recursos económicos, la falta de acceso a servicios sanitarios y la renuncia de la compra de medicamentos para cubrir otros bienes básicos como la comida, la falta de adherencia a los tratamientos médicos o acceso a este servicio, lo que da como resultado a una mayor exigencia sanitaria pública y asistencial.


El desafío para los gobiernos es la falta de planificación actualizada, donde aparecen los planes de retiro y los viejos modelos de seguridad social de principios del siglo XX, donde la esperanza de vida era no más de 60 años, y las tazas de enfermedades no transmisibles eran menores a la actualidad; hoy tenemos que centrarnos en la población adulta mayor, generando estrategias potencialmente eficaces para fomentar el envejecimiento saludable, activo y productivo –como su nombre lo implica, el envejecimiento productivo, refiriéndonos a la forma en la que podemos envejecer sin dejar de ser miembros activos y productivos dentro de la sociedad en la cual vivimos y que ya no seamos considerados una carga–, con mayor atención preventiva para que el riego de carga sanitaria disminuya en la población.


Estamos comenzando a darnos cuenta que trabajar juntos es importante y centrarnos en las necesidades de este grupo poblacional es imperativo; de poco sirve la visibilización del problema, si una vez evidenciado, no encontramos la respuesta a la pregunta ¿y ahora qué?, ¿qué es lo que sigue?… porque cuando hablamos de una población sumergida en pobreza farmacéutica y exclusión sanitaria, de cualquier enfermedad crónica, representa una carga económica, porque la incapacidad para hacer frente a los gastos corrientes genera empobrecimiento a los pacientes y sus familias que antes no estaban en esa situación, demandando aún más una ayuda a un sistema de salud público que hoy en día no está pudiendo hacer frente a esta problemática social, volviéndose claramente una carga para los contribuyentes.


Es por ello, que RedSalud Internacional desarrolla el programa “Envejecer con salud” y con la Federación Estatal de la Productividad Estado de Chiapas trabajamos unidos y en coordinación con otras organizaciones para apoyar a las personas en exclusión sanitaria, sobretodo haciendo énfasis al apoyo de adultos mayores y jubilados, que por sus necesidades específicas en esta etapa demandan mayor atención, congratulándonos de esta asociación, al establecer la primera farmacia incluyente de adultos mayores y jubilados, consolidando el Fondo Solidario de Medicamentos para este sector con el objetivo de que en un futuro no muy lejano no tengan que decidir entre comer o medicarse, donde pretendemos generar la red más grande de atención a nivel nacional que nos ayuden a fortalecer nuestro trabajo social, que nos permita llegar a cada rincón de México con nuestros recursos para contribuir al bienestar social y el progreso de los adultos mayores y jubilados. Tanto si perteneces a una organización civil, institución, escuela, empresa o de manera personal, si estás interesado en colaborar no dudes en contactarnos al correo afilia-t@rsalud.com.mx o al whatsapp 2222388473.

Comentarios: direccion@rsalud.com.mx

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