/ miércoles 18 de enero de 2017

Sin eufemismos

Jeremy is broken

Este jueves 18 de enero, en un colegio de Monterrey, al estilo de "Jeremy" en la canción de Pearl Jam, un jovencito de 15 años entra al salón de clases, dispara al azar hiriendo gravemente a la maestra y dos compañeros y luego, se dispara a sí mismo. Siempre creí que eso era algo que sólo hacían en otros países y ver que eso ocurre hoy en México me aterra porque sé que el mal ejemplo cunde y no dudo que eso de los tiroteos en colegios podría comenzar a ser parte de nuestra cotidianidad. Como madre no me atrevo a juzgar a quienes criaban a este joven, no puedo, simplemente no. Como integrante de una sociedad sí me atrevo a cuestionar ¿Cómo es que un joven tiene acceso a un arma de fuego tan fácilmente? Estamos criando jóvenes tan mimados (no le grites; no le digas que no, explícale; no le pegues o su autoestima...) bla, bla, bla No se trata de acabar con ellos, se trata de educarlos, me asombra ver a madres y padres explicando a sus hijos lo que hacen porqué lo hacen y pidiéndoles perdón ¡Como si los adultos fueran sus hijos e hijas!.

La presión social es muy fuerte en estos días, se esperan padres y madres llenos de perfección tal como el "dulce" modelo hollywodense nos muestra: chicos que se levantan de la mesa enfadados, chicos y chicas que salen corriendo con sus padres o madres detrás, jovencitos cerrando las puertas de sus habitaciones en las narices sin que su padre o madre les digan nada, ya sea porque están abrumados ante "la violencia" que sus hijos están exhibiendo o porque se sienten culpables y quieren "darles su espacio".

Es penoso tener que hacer este llamado: los hijos e hijas no necesitan "su espacio", no requieren de exceso de comprensión o de que sus padres le hagan la vida llevadera, es más ni siquiera es necesario para su salud sicológica que su padre o madre sea su "amigo".

Lo que sí necesitan es que se les corrija, requieren límites, reglas, normas. Claridad en lo que se espera de su comportamiento. Se necesita escucharles y darles apoyo amoroso, claro que sí pero una reprimenda no le hace daño a nadie, un castigo ligero, un no a tiempo, puede evitar muchas decepciones, frustraciones y llantos.

No importa si el dinero sobra en casa o si por no haber tenido en la infancia esperas darle a tus hijos todo, piénsalo muy bien, si no le enseñas desde pequeño a valorar el esfuerzo, ni a lidiar con la frustración, seguro comenzaremos a tener muchos "Jeremys" más en este país ya de por sí vapuleado por la violencia.

Jeremy is broken

Este jueves 18 de enero, en un colegio de Monterrey, al estilo de "Jeremy" en la canción de Pearl Jam, un jovencito de 15 años entra al salón de clases, dispara al azar hiriendo gravemente a la maestra y dos compañeros y luego, se dispara a sí mismo. Siempre creí que eso era algo que sólo hacían en otros países y ver que eso ocurre hoy en México me aterra porque sé que el mal ejemplo cunde y no dudo que eso de los tiroteos en colegios podría comenzar a ser parte de nuestra cotidianidad. Como madre no me atrevo a juzgar a quienes criaban a este joven, no puedo, simplemente no. Como integrante de una sociedad sí me atrevo a cuestionar ¿Cómo es que un joven tiene acceso a un arma de fuego tan fácilmente? Estamos criando jóvenes tan mimados (no le grites; no le digas que no, explícale; no le pegues o su autoestima...) bla, bla, bla No se trata de acabar con ellos, se trata de educarlos, me asombra ver a madres y padres explicando a sus hijos lo que hacen porqué lo hacen y pidiéndoles perdón ¡Como si los adultos fueran sus hijos e hijas!.

La presión social es muy fuerte en estos días, se esperan padres y madres llenos de perfección tal como el "dulce" modelo hollywodense nos muestra: chicos que se levantan de la mesa enfadados, chicos y chicas que salen corriendo con sus padres o madres detrás, jovencitos cerrando las puertas de sus habitaciones en las narices sin que su padre o madre les digan nada, ya sea porque están abrumados ante "la violencia" que sus hijos están exhibiendo o porque se sienten culpables y quieren "darles su espacio".

Es penoso tener que hacer este llamado: los hijos e hijas no necesitan "su espacio", no requieren de exceso de comprensión o de que sus padres le hagan la vida llevadera, es más ni siquiera es necesario para su salud sicológica que su padre o madre sea su "amigo".

Lo que sí necesitan es que se les corrija, requieren límites, reglas, normas. Claridad en lo que se espera de su comportamiento. Se necesita escucharles y darles apoyo amoroso, claro que sí pero una reprimenda no le hace daño a nadie, un castigo ligero, un no a tiempo, puede evitar muchas decepciones, frustraciones y llantos.

No importa si el dinero sobra en casa o si por no haber tenido en la infancia esperas darle a tus hijos todo, piénsalo muy bien, si no le enseñas desde pequeño a valorar el esfuerzo, ni a lidiar con la frustración, seguro comenzaremos a tener muchos "Jeremys" más en este país ya de por sí vapuleado por la violencia.