/ domingo 12 de noviembre de 2023

José Esaú Guzmán Morales, un médico, un hombre humanista

El regreso a Tapachula es con gloria, ya es un médico con especialidad y es recibido espléndidamente por el IMSS

Cuando somos niños, todos en nuestra existencia tenemos un héroe, un personaje que nos inspira y fue el Dr. Arreola, la fuente de inspiración de José Esaú Guzmán Morales, quien narra con detalles que, cuando su padre viajaba al IMSS de Cacahoatán, este gran médico lo atendía de buena voluntad.

Cuenta que era un hombre admirable, un verdadero médico de familia, que ubicaba y conocía a todos sus pacientes. Esaú, al terminar la secundaria, aprueba los exámenes de admisión de la Escuela Normal Experimental de Tuxtla Chico para ser maestro y también en la preparatoria de Xalapa, Veracruz, deseaba ser médico.

Su ambición por ser médico era mayor, así que su padre, un mercader que viajaba llevando productos importados a Ixtepec Oaxaca, un hombre humilde pero responsable que criaba a siete hijos, hizo el sacrificio, confió en él y cuando tenía 16 años, abandonó su natal Tuxtla Chico, para hacer realidad su sueño.

Es el 4º hijo del hogar de Don Manuel Guzmán Orozco y Gloria Morales González, quien estudia en la Universidad Veracruzana la licenciatura en medicina y en 1991, egresa de la Facultad, cumpliendo con su servicio social en San Marcos de León Ver.

Regresa titulado a Tuxtla Chico para ver a sus padres; el autobús hace una escala frente al IMSS Tapachula, ingresa en busca de una oportunidad y ese mismo día le ofrecen una oferta de trabajo.

Sus primeros meses de servicio le templaron el carácter; el IMSS lo envía a la Finca Santa Anita, después a Mexiquito en donde puso a prueba su vocación, eran las zonas más marginadas en donde trató a jornaleros y se demostró a sí mismo que tenía espíritu de servicio, que servir era lo suyo.

Seguirse preparando estaba en sus planes, así que presentó examen para cursar un postgrado en “anestesiología”, así que, digamos que ya estaba de regreso en el IMSS Tapachula, comisionado en un curso de ultrasonografía, cuando recibe la noticia a través de su padre, -tienes 24 horas para presentarte en ciudad de México-

Pero su grandiosa historia de éxito y de hombre feliz, no es solo de él, se lo debe a una mujer, Izveth Tello Villa, quien ha sido su motor principal.

Sucedió que, dentro de las cuatro facultades de la Universidad Veracruzana, estaba la de odontología, ahí se encuentra con la mujer que caminaría para siempre, quien estaba ingresando a la carrera de odontología. A pesar de ser de mundos distintos, nació la química entre ellos y, cuando finaliza la carrera y estando en el servicio social, decidieron que no podían separarse, así que se casan y regresan juntos a Tapachula.

Al aprobar el examen nacional para la especialidad, le pregunta a ella qué decisión tomar e Izveth le responde -“es la especialidad, es tu futuro, es el bienestar de nuestra familia”-.Él viaja a México e Izveth llega después.

Tres años de postgrado en la Universidad del Estado de México, y regresan a Tapachula los tres, porque Esaú Jr., ya ha nacido.


Sus primeros meses de servicio le templaron el carácter/Foto: Carlos Morán | Diario del Sur


El regreso a Tapachula es con gloria, ya es un médico con especialidad y es recibido espléndidamente por el IMSS; es nombrado director de la Unidad Médica Familiar No 5 de Ciudad Hidalgo, y también empieza a trabajar en el Hospital Regional de Tapachula como anestesiólogo.

Este oficio es de 24 horas y, como Esaú Guzmán no es solo un médico, sino un hombre sociable, humanitario y político que, brinda sus servicios en el ISSTECH y cuando sobraba tiempo, el ISSSTE, también era su campo de servicio como anestesiólogo.

Su carrera médica va en ascenso, ingresa a la administración hospitalaria y, un encargo más y se convierte en director del IMSS de la subzona 19 de Huixtla, Chiapas, logrando la certificación de este hospital.

Gracias a ese logro, es invitado a ser director del Hospital Regional en el turno nocturno. Después es invitado a ser sub director medico del turno matutino, siendo en este hospital, subdirector por más de 15 años.

En el IMSS Tapachula, ha sido director dos veces y actualmente está como subdirector. Esaú ha estado siempre a la cabeza de todos los hospitales de la ciudad y de la zona, es un hombre valioso, un médico carismático y que siempre, indudablemente, contesta el teléfono y ayuda, porque ayudar, según él, no cuesta nada.

En casi 28 años de servicio como médico el IMSS no tiene una sola queja por mal trato a paciente o familiar alguno, talvez reclamos del personal a su cargo sí, a quienes ha tratado de contagiar no solo su vocación de servicio, sino también la virtud humanitaria que le caracteriza.

En el clímax de su vida profesional (2011), es invitado a ser candidato a la presidencia de su pueblo, Tuxtla Chico. Cuatro veces fue visitado con la misma intención hasta que contó con el apoyo de su esposa Izveth.

Su trabajo y servicio médico otorgado a la gente y a su gente, lo lleva a arrasar y ganar en todas las casillas, y al terminar su gestión como alcalde, es nombrado jefe de la Jurisdicción Sanitaria No. 7 (2015 al 2018)

Al inaugurarse el nuevo Hospital Regional, es invitado a ser el primer director, recibiendo las llaves de manos del Presidente de la República y del secretario de Salud Federal, siendo esto un reconocimiento a su labor administrativa y de servicio incondicional.

El próximo año se jubilará del Seguro Social, en otro momento no se hubiera jubilado, pero hoy, las condiciones para trabajar no son las mejores. Asegura que en el Hospital Regional tiene 26 años de servicio y, aunque no sea un hombre necesario, él seguirá trabajando porque aún puede servir y porque es joven ¡Tiene 56 años!

En el IMSS cuando se jubile, su espacio no será cubierto por nadie, la de médico sí, pero la del hombre servicial que actúa como debería un médico con vocación y amor a la medicina, la de médico con capacidad resolutiva, porque atiende y ayuda a todos, aunque no esté en su horario de trabajo, ese puesto, no será ocupado por nadie.

Su liderazgo, de resultados, con capacidad para resolver y siempre actuar a favor del paciente lo demuestra todos los días.

Un caso cotidiano fue el que ocurrió una noche cuando se entera que hay 25 pacientes de la tarde que no fueron atendidos para consulta. Habla con sus médicos y les dice, -somos cinco, porque no abrimos cinco consultorios y cada uno atiende a cinco pacientes-.

Eran las 8:40 de la noche, su ingreso fue a las 8:30. Sale al pasillo, se presenta, informa a los pacientes que todos serán atendidos y lo que ocurre, no sucede casi nunca; los pacientes aplaudieron.

“Eso necesitan los derechohabientes del IMSS y de todos los hospitales, ser atendidos, tratarlos como humanos y servirles porque por ellos, nosotros gozamos de un sueldo y nos construimos un final satisfactorio, en paz”.

Se va junto con él, una institución de servicio, un hombre que ha honrado la profesión de la medicina, se va feliz, porque es lo más importante, él sabe que extrañará, pero desde la trinchera en donde esté, seguirá cumpliendo con la promesa hipocrática, pero sobre todo, seguirá siendo él: El médico, el amigo y el hombre con las mismas convicciones de servir.

Esaú nació el 5 de agosto de 1966. Al retirarse, tiene un plan de vida junto con Izveth, su compañera de toda la vida.

Morancarlos.escobar1958@gmail.com


Recibe las noticias en tu WhatsApp, envía la palabra ALTA en este enlace

Cuando somos niños, todos en nuestra existencia tenemos un héroe, un personaje que nos inspira y fue el Dr. Arreola, la fuente de inspiración de José Esaú Guzmán Morales, quien narra con detalles que, cuando su padre viajaba al IMSS de Cacahoatán, este gran médico lo atendía de buena voluntad.

Cuenta que era un hombre admirable, un verdadero médico de familia, que ubicaba y conocía a todos sus pacientes. Esaú, al terminar la secundaria, aprueba los exámenes de admisión de la Escuela Normal Experimental de Tuxtla Chico para ser maestro y también en la preparatoria de Xalapa, Veracruz, deseaba ser médico.

Su ambición por ser médico era mayor, así que su padre, un mercader que viajaba llevando productos importados a Ixtepec Oaxaca, un hombre humilde pero responsable que criaba a siete hijos, hizo el sacrificio, confió en él y cuando tenía 16 años, abandonó su natal Tuxtla Chico, para hacer realidad su sueño.

Es el 4º hijo del hogar de Don Manuel Guzmán Orozco y Gloria Morales González, quien estudia en la Universidad Veracruzana la licenciatura en medicina y en 1991, egresa de la Facultad, cumpliendo con su servicio social en San Marcos de León Ver.

Regresa titulado a Tuxtla Chico para ver a sus padres; el autobús hace una escala frente al IMSS Tapachula, ingresa en busca de una oportunidad y ese mismo día le ofrecen una oferta de trabajo.

Sus primeros meses de servicio le templaron el carácter; el IMSS lo envía a la Finca Santa Anita, después a Mexiquito en donde puso a prueba su vocación, eran las zonas más marginadas en donde trató a jornaleros y se demostró a sí mismo que tenía espíritu de servicio, que servir era lo suyo.

Seguirse preparando estaba en sus planes, así que presentó examen para cursar un postgrado en “anestesiología”, así que, digamos que ya estaba de regreso en el IMSS Tapachula, comisionado en un curso de ultrasonografía, cuando recibe la noticia a través de su padre, -tienes 24 horas para presentarte en ciudad de México-

Pero su grandiosa historia de éxito y de hombre feliz, no es solo de él, se lo debe a una mujer, Izveth Tello Villa, quien ha sido su motor principal.

Sucedió que, dentro de las cuatro facultades de la Universidad Veracruzana, estaba la de odontología, ahí se encuentra con la mujer que caminaría para siempre, quien estaba ingresando a la carrera de odontología. A pesar de ser de mundos distintos, nació la química entre ellos y, cuando finaliza la carrera y estando en el servicio social, decidieron que no podían separarse, así que se casan y regresan juntos a Tapachula.

Al aprobar el examen nacional para la especialidad, le pregunta a ella qué decisión tomar e Izveth le responde -“es la especialidad, es tu futuro, es el bienestar de nuestra familia”-.Él viaja a México e Izveth llega después.

Tres años de postgrado en la Universidad del Estado de México, y regresan a Tapachula los tres, porque Esaú Jr., ya ha nacido.


Sus primeros meses de servicio le templaron el carácter/Foto: Carlos Morán | Diario del Sur


El regreso a Tapachula es con gloria, ya es un médico con especialidad y es recibido espléndidamente por el IMSS; es nombrado director de la Unidad Médica Familiar No 5 de Ciudad Hidalgo, y también empieza a trabajar en el Hospital Regional de Tapachula como anestesiólogo.

Este oficio es de 24 horas y, como Esaú Guzmán no es solo un médico, sino un hombre sociable, humanitario y político que, brinda sus servicios en el ISSTECH y cuando sobraba tiempo, el ISSSTE, también era su campo de servicio como anestesiólogo.

Su carrera médica va en ascenso, ingresa a la administración hospitalaria y, un encargo más y se convierte en director del IMSS de la subzona 19 de Huixtla, Chiapas, logrando la certificación de este hospital.

Gracias a ese logro, es invitado a ser director del Hospital Regional en el turno nocturno. Después es invitado a ser sub director medico del turno matutino, siendo en este hospital, subdirector por más de 15 años.

En el IMSS Tapachula, ha sido director dos veces y actualmente está como subdirector. Esaú ha estado siempre a la cabeza de todos los hospitales de la ciudad y de la zona, es un hombre valioso, un médico carismático y que siempre, indudablemente, contesta el teléfono y ayuda, porque ayudar, según él, no cuesta nada.

En casi 28 años de servicio como médico el IMSS no tiene una sola queja por mal trato a paciente o familiar alguno, talvez reclamos del personal a su cargo sí, a quienes ha tratado de contagiar no solo su vocación de servicio, sino también la virtud humanitaria que le caracteriza.

En el clímax de su vida profesional (2011), es invitado a ser candidato a la presidencia de su pueblo, Tuxtla Chico. Cuatro veces fue visitado con la misma intención hasta que contó con el apoyo de su esposa Izveth.

Su trabajo y servicio médico otorgado a la gente y a su gente, lo lleva a arrasar y ganar en todas las casillas, y al terminar su gestión como alcalde, es nombrado jefe de la Jurisdicción Sanitaria No. 7 (2015 al 2018)

Al inaugurarse el nuevo Hospital Regional, es invitado a ser el primer director, recibiendo las llaves de manos del Presidente de la República y del secretario de Salud Federal, siendo esto un reconocimiento a su labor administrativa y de servicio incondicional.

El próximo año se jubilará del Seguro Social, en otro momento no se hubiera jubilado, pero hoy, las condiciones para trabajar no son las mejores. Asegura que en el Hospital Regional tiene 26 años de servicio y, aunque no sea un hombre necesario, él seguirá trabajando porque aún puede servir y porque es joven ¡Tiene 56 años!

En el IMSS cuando se jubile, su espacio no será cubierto por nadie, la de médico sí, pero la del hombre servicial que actúa como debería un médico con vocación y amor a la medicina, la de médico con capacidad resolutiva, porque atiende y ayuda a todos, aunque no esté en su horario de trabajo, ese puesto, no será ocupado por nadie.

Su liderazgo, de resultados, con capacidad para resolver y siempre actuar a favor del paciente lo demuestra todos los días.

Un caso cotidiano fue el que ocurrió una noche cuando se entera que hay 25 pacientes de la tarde que no fueron atendidos para consulta. Habla con sus médicos y les dice, -somos cinco, porque no abrimos cinco consultorios y cada uno atiende a cinco pacientes-.

Eran las 8:40 de la noche, su ingreso fue a las 8:30. Sale al pasillo, se presenta, informa a los pacientes que todos serán atendidos y lo que ocurre, no sucede casi nunca; los pacientes aplaudieron.

“Eso necesitan los derechohabientes del IMSS y de todos los hospitales, ser atendidos, tratarlos como humanos y servirles porque por ellos, nosotros gozamos de un sueldo y nos construimos un final satisfactorio, en paz”.

Se va junto con él, una institución de servicio, un hombre que ha honrado la profesión de la medicina, se va feliz, porque es lo más importante, él sabe que extrañará, pero desde la trinchera en donde esté, seguirá cumpliendo con la promesa hipocrática, pero sobre todo, seguirá siendo él: El médico, el amigo y el hombre con las mismas convicciones de servir.

Esaú nació el 5 de agosto de 1966. Al retirarse, tiene un plan de vida junto con Izveth, su compañera de toda la vida.

Morancarlos.escobar1958@gmail.com


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