En el marco de la celebración del Día de Muertos, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón pidió a la población a conmemorar prefieres difuntos con responsabilidad y orden, ya que Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.
Al celebrar la misa dominical, dijo que la celebración no debe quedar solo en un recuerdo de los seres queridos para llorarlos y llevarles flores, sino que remite al sentido más profundo de la propia muerte del Salvador Jesús, una muerte injusta, dolorosa y humillante.
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Señaló qué está muerte fue movida por el más profundo amor a la humanidad, porque el señor amó al extremo a la humanidad, una muerte que es fecunda, porque de su resurrección gloriosa, nos participa la vida, la vida que nos quiere comunicar.
Indicó que esta mirada cristiana alienta en lo más profundo la esperanza, porque la muerte de los seres queridos y la propia muerte no es para siempre si hemos sabido unir toda la vida, los sufrimientos y la misma muerte a la muerte del señor e igualmente seremos unidos a la vida que no se acaba, a la vida gloriosa del señor resucitado.
Asimismo, al celebrar la solemnidad de todos los santos, el obispo detalló que la iglesia ha declarado un número pequeño de santos de manera oficial, pero hay muchos más que aunque no han sido elevado a los altares participan de la gloria celestial.
"En ese día nosotros recordamos a todos ellos conocidos y desconocidos e imploramos de ellos su intersección, los recordamos con profunda alegría porque su meta es la nuestra; no pasemos desapercibido ese día, puesto que nos recuerda también que cada uno de nosotros está llamado a la santidad", abundó.
Finalmente el obispo exhortó a la familia diocesana a celebrar con responsabilidad de estas fechas, y encomendó a la paternal protección de San José, custodio de las vacaciones y al abrazo amoroso de la Reina Inmaculada Margarita Concepción a toda la población.