En su mensaje dominical, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, llamó a la población independientemente de su confesión religiosa a disponerse a compartir con los pobres, a través de cualquier acción solidaria como signo concreto de fraternidad.
En el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, dijo que esta actividad tiene como objetivo en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro y demostrando amor hacia los que menos tienen.
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Reconoció que en el estado de Chiapas no solo hay signos de una pobreza material, sino que hay muchos rostros muy concretos de pobreza, ya que las estadísticas revelan los números que colocan a la entidad en los últimos lugares de la tabla nacional en muchos sentidos, pero mientras no sean visibilizados seguirán quedando en el anonimato y lo por lo mismo en la falta de atención.
Señaló que muchas son las causas, pero hoy no es el momento de hacer reflexión sobre ellas, sino de abrir los corazones para que las manos compartan lo poco o mucho que se tenga para con las personas de escasos recursos, quienes muchas veces no tienen ni que comer.
"En nuestra realidad, como familia diocesana me gustaría que volviéramos a renovar nuestro compromiso de solidaridad y comunión con nuestros hermanos migrantes, sobre todo de los más pobres que caminan por la carretera" sostuvo.
Indicó que los pueblos que acogen a los migrantes les resulta cada vez más difícil dar continuidad a la ayuda; las familias y las comunidades empiezan a sentir el peso de una situación que va más allá de la emergencia, sin embargo, este es el momento de no ceder y de renovar la motivación inicial.
Finalmente, el líder religioso mencionó que los actos de amor y solidaridad sirvan a todos para mirar a Jesús en nuestros hermanos, especialmente entre los más pobres que necesitan que se les tienda la mano y los invitó a no cansarse de seguir siendo prójimo para Jesús, pobre entre los pobres.
