En el último mensaje dominical del 2023, el obispo de Tapachula Jaime Calderón Calderón deseó a las familias la mayor de las bendiciones de Dios y que su cuidado y protección esté siempre con las familias.
Dijo que al concluir un año e iniciar otro, celebran la vida en la familia y contemplando el don de la maternidad, cuyos regalos de Dios dan sentido al andar peregrino en esta vida terrena, siempre seguros de la cercanía de Dios de quien todos son hijos.
Señaló que el año nuevo es una oportunidad, la cual Dios ofrece de acercarse a abrir la ventana de la esperanza en este trecho histórico de 365 días que él ha permitido iniciar, y es tarea de todos que esta esperanza no se diluya y vaya tomando rostro de realidad por la cercanía de Dios, y la seriedad prudente de las decisiones que él concede tomar en este año 2024.
Detalló que la historia es de cada uno, ya que todos hacen el día a día en la historia con su visión, reflexión y decisiones que iluminadas por Dios y acompañadas con un discernimiento serio y prudente podrán hacer coincidir el andar con rumbo que Dios va queriendo para la historia del mundo.
El obispo indicó que mirando por horizonte este no parece ser un año muy sencillo con toda seguridad será un año de alta y profunda exigencia cristiana y de riesgos serios que todos han de enfrentar.
Puntualizó que en 2024 se tiene por delante la responsabilidad de elegir como ciudadanos responsables a las autoridades de los niveles de gobiernos, presidente de la república, senadores, diputados federales, gobernadores diputados locales, y presidentes municipales.
"En este año 2024 todos estamos invitados a incorporar a nuestra vida la oración y orar con insistencia y sin desfallecer, los deseos de un corazón de padre para con ustedes son que terminemos este año 2023 con gratitud, y que el 2024 traiga su corazón a su vida, a su familia, a nuestra comunidad y a toda nuestra familia diocesana bendiciones abundantes, la cercanía de Dios y un tiempo de salud y esperanza, pero sobre todo de paz", abundó.
Finalmente mencionó que como cristianos tienen el deber de cumplir con una comunidad más humana, fraterna, solidaria con oportunidades para todos, por lo que hay que estar atentos a apostarle a la paz nunca la violencia y el desorden.