Ante la ola de violencia que se vive en Chiapas y en el país, las Diócesis de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, se pronunciaron por el cese de la ola delictiva y se alinearon a lo solicitado el 24 de junio por la Conferencia Episcopal Mexicana, quienes de forma respetuosa y clara pidieron a las autoridades civiles atender urgentemente esta situación y ofrecieron ayudar en lo que a su misión compete.
Cabe recordar, que recientemente el Ejecutivo Federal criticó a la Iglesia católica luego que los obispos de México y la comunidad jesuita le pidieran cambiar la estrategia de seguridad y su plan de “abrazos, no balazos”, a lo que la iglesia respondió mostrando los acercamientos que han buscado preocupados por la escalada de violencia en el país.
Por su parte la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, en voz del Arzobispo Fabio Martínez Castilla, se pronunció y coincide en construir a partir del diálogo y bien común para reconstruir el tejido social que consideran se encuentra deteriorado y ha desintegrado familias por falta de valores.
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Asimismo lamentó que México aún tenga gobiernos que no escuchan y políticos que hablan sin investigar, al estar más interesados en sus terquedades que en solucionar los reclamos sociales, señalando que si la violencia continúa ganando terreno, pronto las calles serán un peligro no solo para los periodistas, defensores de los derechos humanos o sacerdotes, sino para todos, algo puede evitarse, al tiempo de lamentar que México sea rehén de conflictos por intereses políticos, económicos y hasta del narcotráfico.
Por su parte la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, que preside Rodrigo Aguilar Martínez, ayer en un escrito pidió el cese a la persecución de defensores de la vida, la inseguridad y violencia en las calles, escuelas, comercios y desgraciadamente también en los templos, lamentando la muerte de los sacerdotes jesuitas, un guía de turistas en Chihuahua dentro de un templo católico lo que considera deja ver la magnitud del problema.
De acuerdo monseñor Aguilar Martínez se han propuesto seguir construyendo la pastoral de la paz y como diócesis están trabajando ella. “La mayoría de las zonas de nuestra Diócesis, presenta situaciones de conflicto, hay persecuciones por la lucha contra la minería que daña el ecosistema y tráfico de personas, feminicidios, intimidación, persecuciones y encarcelamientos en todos lados”, señaló.
“Todo esto ha traído como consecuencias amenazas e intimidaciones a agentes de Pastoral de nuestra Diócesis, como las que desde hace varios años hacen contra el Presbítero Marcelo Pérez Pérez, y que en estos últimos días han incrementado, además de que ahora tienen una de orden de aprehensión en su contra; también sobre otros agentes de Pastoral, como los hermanos Manuel Sántiz Cruz, indígena tzeltal y defensor de los derechos humanos y del territorio de la parroquia de San Juan Cancuc, y de los otros 4 hermanos privados de su libertad junto con él; con quienes no se ha llevado a cabo el debido proceso, violentando sus derechos; la detención de Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, de acuerdo a la palabra de quienes abogan por ellos, los testigos presenciales, expresaron que no se les presentó la orden de aprehensión y además se hizo con lujo de violencia, por lo cual también se violentaron sus derechos”, denunciaron feligreses.
Finalmente Diario del Sur buscó la reacción de la Diócesis de Tapachula, que a través de su vicario se abstuvo de opinar al respecto.
Con información de Gilberto Luna
