Ante el brote de influenza aviar en una granja de traspatio ubicada en el localidad de Nicolás Bravo, primera sección del municipio de Juárez, es urgente la implementación de un cerco sanitario y extremar la vigilancia en granjas avicolas de Tapachula y demás municipios del Soconusco.
Alfredo de la Cruz Cordero, presidente de la asociación civil Nueva Generación Vinculación Social, afirmó que aunque la Secretaría de Salud del Estado informó que el caso está controlado, existe el riesgo y más cuando en la zona no existe regulación en el sacrificio de pollos.
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Dijo que en Tapachula ni en los demás municipios existe un rastro para el sacrificio de pollos, por lo que este proceso se realiza de manera domiciliaria hasta en lugares clandestinos y sin ninguna supervisión, ni regulación sanitaria.
Señaló que la autoridad no ha regulado la matanza de pollos, aún cuando en Tapachula el consumo de estas aves es en gran cantidad, por lo que ante el brote de esta enfermedad en el municipio de Juárez enciende las alarmas entre la población.
"El pollo que llega a los mercados de Tapachula y municipios cercanos son sacrificados de forma domiciliaria en rastros clandestinos y por consecuencia sin medias de sanidad e higiene por lo que existe el riesgo de que un manejo inadecuado pueda ocasionar la población pueda infectarse de esta u otras enfermedades", abundó.
Y es que de acuerdo a la Secretaría de Salud, esta enfermedad infecciosa afecta principalmente a las aves, pero algunas cepas tienen la capacidad de transmitirse a los seres humanos, por lo que el riesgo es latente y más cuando no existe una vigilancia extrema.
Diario del Sur platicó con uno de los principales comercializadores de pollo del Soconusco, quien pidió la omisión de su nombre, informó que en la actualidad cualquiera compra pequeñas cantidades de aves a los grandes introductores, las matan en la clandestinidad y las venden sin ninguna medida de sanidad ni intervención de las autoridades en la materia.
Solo 4 granjas avícolas trabajan de manera legal en Tapachula
Indicó que en Tapachula solo existen 4 granjas avicolas que operan bajo la legalidad, por lo que el resto opera baja la clandestinidad, es decir son pequeños comercios que no cumplen con ninguna regulación en el manejo de aves.
Reconoció que en los negocios clandestinos no hay control en rastros, ni en el manejo sano de cárnicos, como tampoco en el traslado a los mercados, es decir no existe supervisión de las instancias de los tres órganos de gobierno que deben velar por la salud pública.
"En Tapachula únicamente existe un rastro para ganado, pero no lo hay, ni para los cerdos, ni para las aves, por lo que no hay supervisión de las medidas sanitarias en el manejo y sacrificio del pollo, la sanidad del producto no está garantizada", abundó
