/ viernes 27 de octubre de 2023

Carrereando la Chuleta | Es todo, o nada, pero nunca la duda

La Costa chiapaneca ha buscado, por décadas, ser nuevamente el centro de desarrollo del estado sin que, por no sé qué razón, porque en realidad lo tenemos todo, se haya logrado. Sí, figuramos; sí, somos importantes, sí, somos los segundos, pero hasta ahí, sean empresas, ideas o políticos.

Varios oriundos de por estas tierras han buscado figurar, aunque la verdad es que muy pocos han logrado realmente destacar y peor aún, de esos poquitos, los menos son los que han regresado con las manos llenas de buenas cosas para esta región; normalmente se conforman con llegar, obtener alguna cosilla para el propio beneficio y desaparecen con más pena que gloria.

Hoy se abre la ventana y se deja ver algo nuevo, alguien que por fin, después de varios intentos masculinos, llegó para demostrar que lo que se estaba necesitando no es “otro” más, sino una nuevA opción –con A, mayúscula– para la política estatal.

Llegó de forma inesperada a la presidencia de Tapachula, pero la segunda vez lo hizo, como dirían por ahí, caminando, sudando la camiseta, pero sobre todo con el apoyo y cariño de una gran mayoría. Ganó una elección pero no sólo eso, además ha demostrado capacidad y compromiso; ahora, afortunadamente, busca conquistar un escaño más.

Era una mujer la que tenía que llegar, eso ha quedado claro, no sé si por la forma de gobernar, no sé si por la terquedad, no sé si por ese extraño don de protección o porque saben combinar cabeza y corazón, o tal vez por todo junto, pero ahí va, avanzando.

Por supuesto me refiero a Rosy Urbina. Todavía son pocas las mujeres destacadas en la política, y no por falta de capacidades, pero sí de oportunidades, así que no podía ser nadie más que ella, quien además, no la tiene fácil, pero está poniendo todo, sin saber a ciencia cierta si la sociedad y la clase política en Chiapas está dispuesta a apoyar a una mujer para llevar las riendas del estado.

Qué curioso, oiga usted, por ser mujer lleva todas las de ganar, y todas las de perder, pero queda claro que con la duda no se va a quedar. Es lamentable que sigan siendo así las cosas para ellas, de quienes (no sé basados en qué), aún se duda de sus capacidades para dirigir, para liderar, cuando es lo que hacen de manera natural, ¿o gracias a quienes aún existen familias –el núcleo básico de la sociedad– en este mundo? Y sólo por poner el ejemplo más básico, porque de ahí me podría seguir a la única persona en tener dos premios Noble en dos disciplinas distintas (una mujer, Marie Curie), en gracias a quien tenemos Wifi y todo lo que ello implica en nuestra modernidad (Hedy Lamarr), y así, la lista es larga y aún no se contemplan decenas de “invisibles” que quedaron al margen de la historia nomás por ser mujeres.

Mi respeto para esta mujer que se ha puesto la nada fácil encomienda de llevar al primer lugar a esta región, a la Costa, al Xoconusco. Nos hace falta una gobernadora que sepa del sabor del buen café, de la belleza de los atardeceres en la playa, de lo importancia de un puerto, de lo complicado que puede ser una frontera; que sepa de ciudadanos comprometidos y dispuestos a continuar esta lucha de las mujeres, que debería ser de todos. Y aquí la única duda que cabe es ¿vamos a seguir esperando? Muchas agradeceré tus comentarios a:

r.gonzalez@diariodelsur.com.mx

La Costa chiapaneca ha buscado, por décadas, ser nuevamente el centro de desarrollo del estado sin que, por no sé qué razón, porque en realidad lo tenemos todo, se haya logrado. Sí, figuramos; sí, somos importantes, sí, somos los segundos, pero hasta ahí, sean empresas, ideas o políticos.

Varios oriundos de por estas tierras han buscado figurar, aunque la verdad es que muy pocos han logrado realmente destacar y peor aún, de esos poquitos, los menos son los que han regresado con las manos llenas de buenas cosas para esta región; normalmente se conforman con llegar, obtener alguna cosilla para el propio beneficio y desaparecen con más pena que gloria.

Hoy se abre la ventana y se deja ver algo nuevo, alguien que por fin, después de varios intentos masculinos, llegó para demostrar que lo que se estaba necesitando no es “otro” más, sino una nuevA opción –con A, mayúscula– para la política estatal.

Llegó de forma inesperada a la presidencia de Tapachula, pero la segunda vez lo hizo, como dirían por ahí, caminando, sudando la camiseta, pero sobre todo con el apoyo y cariño de una gran mayoría. Ganó una elección pero no sólo eso, además ha demostrado capacidad y compromiso; ahora, afortunadamente, busca conquistar un escaño más.

Era una mujer la que tenía que llegar, eso ha quedado claro, no sé si por la forma de gobernar, no sé si por la terquedad, no sé si por ese extraño don de protección o porque saben combinar cabeza y corazón, o tal vez por todo junto, pero ahí va, avanzando.

Por supuesto me refiero a Rosy Urbina. Todavía son pocas las mujeres destacadas en la política, y no por falta de capacidades, pero sí de oportunidades, así que no podía ser nadie más que ella, quien además, no la tiene fácil, pero está poniendo todo, sin saber a ciencia cierta si la sociedad y la clase política en Chiapas está dispuesta a apoyar a una mujer para llevar las riendas del estado.

Qué curioso, oiga usted, por ser mujer lleva todas las de ganar, y todas las de perder, pero queda claro que con la duda no se va a quedar. Es lamentable que sigan siendo así las cosas para ellas, de quienes (no sé basados en qué), aún se duda de sus capacidades para dirigir, para liderar, cuando es lo que hacen de manera natural, ¿o gracias a quienes aún existen familias –el núcleo básico de la sociedad– en este mundo? Y sólo por poner el ejemplo más básico, porque de ahí me podría seguir a la única persona en tener dos premios Noble en dos disciplinas distintas (una mujer, Marie Curie), en gracias a quien tenemos Wifi y todo lo que ello implica en nuestra modernidad (Hedy Lamarr), y así, la lista es larga y aún no se contemplan decenas de “invisibles” que quedaron al margen de la historia nomás por ser mujeres.

Mi respeto para esta mujer que se ha puesto la nada fácil encomienda de llevar al primer lugar a esta región, a la Costa, al Xoconusco. Nos hace falta una gobernadora que sepa del sabor del buen café, de la belleza de los atardeceres en la playa, de lo importancia de un puerto, de lo complicado que puede ser una frontera; que sepa de ciudadanos comprometidos y dispuestos a continuar esta lucha de las mujeres, que debería ser de todos. Y aquí la única duda que cabe es ¿vamos a seguir esperando? Muchas agradeceré tus comentarios a:

r.gonzalez@diariodelsur.com.mx