Los malos olores que generan los migrantes que viven en las calles alrededor del albergue Belen, así como la granja de borregos, puercos y conejos está provocando que los habitantes de la colonia San Antonio Cahoacán se enfermen, acusó Consuelo Flores Ríos, habitante de la colonia en mención.
Señaló que en menos de una semana que empezaron los malos olores por los dos factores antes señalados, un menor y su persona se enfermaron con dolor de cabeza e infección estomacal por la contaminación que se genera en el albergue Belen.
Criticó a los extranjeros que hacen sus necesidades en las calles, situación abona a los malos olores que se tienen en la colonia, máxime, al medio día y a las 15 horas cuando el calor está más fuerte, “La denuncia la hacemos principalmente para cuidar a los menores y a las personas de la tercera edad que son los más susceptibles a la contaminación que está generando el albergue Belén” expresó
Añadió que el problema está provocando el descontento de la mayoría de los vecinos, pero pocos se animan a denunciar esta anomalía para no tener problemas con la iglesia, sin embargo, "yo lo hago para proteger a mi hija y a mi madre que tiene una discapacidad".
Precisó que ella empezó con vómito y dolor de cabeza, provocados por los malos olores, ya que antes los borregos los tenían más lejos, no había muchas personas haciendo sus necesidades en las calles y ahora es todo lo contrario.
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Ildefonso Ruiz, pidió que llegue sanidad, Cofrepris o todas las autoridades que sean necesarias para que revisen la granja que tienen de puercos, borregos y conejos para que sean cancelados lo más pronto posible, pues que no es un espacio para tenerlos ahí.
“Lo que nosotros queremos es que no se siga dañando la salud de los menores y adultos mayores por los malos olores que está generando el albergue del padre César, pues prefiere tener animales y no darles un espacio a los migrantes que duermen en las calles o en las puertas de su albergue”, abundó
Externó que son las autoridades quienes tienen que corregir los daños que está provocando la contaminación del albergue, pues los colchones que dejan de usar las personas migrantes se los tiran a los animales y eso absorbe el olor que posteriormente suelta por las altas temperaturas.
Dijo que es necesario que el padre Cesar y el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón hagan algo para atender este problema que no es la primera vez qué pasa.
Puntualizó que los más afectados son los niños y adultos mayores que sufren por la apeste, así como por la contaminación que esta provocando el albergue Belen que cuenta con un gran terreno y tiene a los migrantes haciendo sus necesidades en las calles de la colonia, que es otro de los problemas que tienen los habitantes.