/ lunes 25 de marzo de 2024

Andrea y Carlos Alberto, en la cocina y el amor juntos son más que dos

Una historia de amor y superación marcada por la cocina, en donde el destino acaba cruzando los caminos de Andrea y Carlos Alberto

Como preámbulo les comparto que hace muchos años Manuel Ley Reyes y Alicia Mérida, juntos abrieron un restaurante que se llamó “La Langosta”, con especialidad en comida china, después “La Vaquita Feliz” y en el clímax de sus vidas crearon “Villa Jardín”, una discoteca que en aquellos años alegró la vida nocturna en Tapachula.

Manuel, enamorado contagió a su esposa Alicia. El arte de la comida china la instruyó con paciencia para que fuera su cómplice en servir platos llenos de amor, para conquistar a comensales que no olvidan esa auténtica sazón oriental.

Nuestra pareja de hoy nació con el espíritu alegre, llegaron a este mundo para crecer, vivir, buscar la felicidad y al encontrarse, cada uno de ellos entendió que tuvieron que pasar muchos años, cometer errores, caerse, levantarse, buscarse en el mundo hasta que el destino los enfrenta. El milagro ocurrió y junto con ellos supieron que sus vidas tenían sentido. Ya estaban juntos, libres y bendecidos, unidos sin ningún contrato, más que el del amor.

Ella creció bajo el amor de unos padres, bajo el ambiente de una cocina tradicional que nos da identidad, la comida china. Se casó muy joven, educó a tres hijos y tuvo que poner en pausa sus estudios universitarios para que sus niños estudiaran.

Él, siendo joven suspendió también sus estudios universitarios de ingeniería industrial, ya que tenía claro que la ingeniería no era lo suyo, y que matricularse en esa profesión era por cumplirle a su señor padre.

Para costearse sus estudios, llega a la discoteca “Villa Jardín”, propiedad de los padres de Andrea, para trabajar los fines de semana, como acostumbraban los jóvenes de antaño que trabajaban y estudiaban.

Andrea siempre fue una mujer rebelde, de niña deseaba ser corredora de autos o médico y su madre insistía en enseñarle con catecismo los secretos de la comida china. Desconocía lo que el destino le tenía preparado.

Es la historia de Andrea Ley Mérida y Carlos Alberto Guzmán Avendaño, quienes en el año 2001 deciden tomarse de la mano y cumplir sus sueños. Andrea con tres hijos, a quienes él protegió siempre, y Carlos Alberto llegó a su vida con un puñado de sueños que ella se encargó de hacerlos suyos.

Años después, Carlos Alberto descubriría que su vocación era cocinar y al conocerse y tener de pareja a Andrea fusionan no solo su amor, sino que ella lo motiva para que se especialice en el arte de la comida cantonesa, china…

Juntos, Andrea y Carlos cambian de ciudad y en Monterrey se establecen una temporada. La enfermedad de la madre de Andrea los coloca en un escenario que, en el año 2011, terminó con la vida de Alicia Mérida.

Antes, la suegra de Carlos Alberto le comparte todos los secretos más íntimos de la cocina, lo convierte en un chef, porque para Carlos Alberto su mayor deseo era ser un maestro de la cocina china.

Y mientras la vida continúa en esta pareja que hoy están más enamorados que cuando comenzaron la aventura de estar juntos, otro acontecimiento de salud, una operación mal realizada, pone en peligro la vida de Andrea. Vivieron juntos momentos de angustia y solo estaba en manos de Dios.

En estado grave, ocurrió que en uno de sus breves despertares Andrea le dice a Carlos Alberto -nunca me pediste matrimonio-. Sensible y enamorado, Carlos Alberto decide pedirle matrimonio mientras agoniza. Sin perder el buen humor ella le dice -pero híncate y pídeme que sea tu esposa-.

Y la pareja se casó el 7 de junio del año 2019, teniendo como escenario el hospital de alta especialidad Ciudad Salud. Ella se iría al más allá como esposa de Carlos Alberto y él se convertiría en viudo.

Fueron momentos difíciles y ninguno de los dos podía ver la historia de amor sin el sueño hecho realidad de toda mujer, casarse. El resto es fácil de contar. Andrea recibe un milagro, el regalo de la vida; se recupera y con esa oportunidad de vida decide que es el momento de apoyar a su esposo que desea cocinar, ofrecer lo que sabe hacer.

En el año 2023, exactamente hace 7 meses, sobre la calle que va a la Preparatoria número 2, abren un espacio agradable, con lo necesario, con detalles y una decoración ad hoc a la especialidad de la casa y Carlos Alberto debuta como chef.

La aceptación fue grandiosa. Andrea, que gusta de la cocina, pero que no es tan apasionada como su esposo, decide apoyarlo. Ella sabe que con amor y juntos pueden conquistar lo que se propongan, y el éxito se instaló en el restaurante que lleva el nombre de “Villa Jardín”.

Andrea Ley es madre de 3 hijos, los mismos que Carlos Alberto quiere. Andrea Michel, Brian Alexis y Ernesto Manuel, los tres son profesionistas y los tres, asegura nuestra entrevistada de Diario del Sur, -son excelentes cocineros, les encanta fabricar platos de comida china con ese ingrediente y energía que ponen los jóvenes-.

Andrea tuvo una infancia feliz, esa etapa definió la estabilidad emocional que hoy sostienen al lado de su esposo. Anota con nostalgia que fue muy consentida por su madre y con una estricta educación por su padre. Se convirtió en madre a los 18 años y eso la hizo una mujer responsable.

Carlos Alberto, hijo de padres amorosos que, tal vez no le dieron todo en la vida pero, le dieron lo suficiente para que hoy viviera con mucha estabilidad al lado de Andrea.

El uno sin el otro nunca hubiera resucitado este restaurante de comida china que mantiene en su carta el “Especial Villa Jardín”, una delicia que reúne carnes y mariscos en un plato que tiene como ingrediente principal el amor.

Andrea llegó al mundo el 22 de diciembre y Carlos Alberto el 17 del mismo mes. No sabría decir si Capricornio y Sagitario son compatibles en el sueño de quien inventó los horóscopos, pero en la vida real los astros y Dios hicieron todo para que nuestra pareja de hoy comparten trabajo y un amor a punto de turrón.

Aquella historia de Manuel Ley y Alicia Mérida, en donde él instruye a su esposa en la sazón oriental, Andrea, que tiene mucho parecido físico con su madre, la repitió con su compañero de vida.


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La sazón de hoy comenzó hace muchos años con el abuelo de Andrea, Don Ramón Ley Wong, quien en el corazón de la ciudad abrió un restaurante y en donde su hijo Manuel Ley Reyes aprendió este noble oficio. Él se lo transmitió a su esposa y después a sus tres hijos. La raza oriental es una casta fuerte, porque la genética incluye trabajo y disciplina.

Andrea Ley y Carlos Alberto Guzmán son los protagonistas de una historia de amor. Los dos comparten el mismo sentimiento y el mismo talento por la cocina, están enamorados, agradecidos con Dios por haber sido el vehículo para que se encontraran, convencidos de que hoy, juntos son más que dos.

Es una historia de amor y superación marcada por la cocina, en donde el destino acaba cruzando los caminos de ambos. Y mientras tanto, después de leer, tal vez usted quisiera tener la mitad del don culinario del que hacen gala la pareja de hoy, o tal vez, un poquito de ese amor a punto de turrón.

morancarlos.escobar1958@gmail.com

Como preámbulo les comparto que hace muchos años Manuel Ley Reyes y Alicia Mérida, juntos abrieron un restaurante que se llamó “La Langosta”, con especialidad en comida china, después “La Vaquita Feliz” y en el clímax de sus vidas crearon “Villa Jardín”, una discoteca que en aquellos años alegró la vida nocturna en Tapachula.

Manuel, enamorado contagió a su esposa Alicia. El arte de la comida china la instruyó con paciencia para que fuera su cómplice en servir platos llenos de amor, para conquistar a comensales que no olvidan esa auténtica sazón oriental.

Nuestra pareja de hoy nació con el espíritu alegre, llegaron a este mundo para crecer, vivir, buscar la felicidad y al encontrarse, cada uno de ellos entendió que tuvieron que pasar muchos años, cometer errores, caerse, levantarse, buscarse en el mundo hasta que el destino los enfrenta. El milagro ocurrió y junto con ellos supieron que sus vidas tenían sentido. Ya estaban juntos, libres y bendecidos, unidos sin ningún contrato, más que el del amor.

Ella creció bajo el amor de unos padres, bajo el ambiente de una cocina tradicional que nos da identidad, la comida china. Se casó muy joven, educó a tres hijos y tuvo que poner en pausa sus estudios universitarios para que sus niños estudiaran.

Él, siendo joven suspendió también sus estudios universitarios de ingeniería industrial, ya que tenía claro que la ingeniería no era lo suyo, y que matricularse en esa profesión era por cumplirle a su señor padre.

Para costearse sus estudios, llega a la discoteca “Villa Jardín”, propiedad de los padres de Andrea, para trabajar los fines de semana, como acostumbraban los jóvenes de antaño que trabajaban y estudiaban.

Andrea siempre fue una mujer rebelde, de niña deseaba ser corredora de autos o médico y su madre insistía en enseñarle con catecismo los secretos de la comida china. Desconocía lo que el destino le tenía preparado.

Es la historia de Andrea Ley Mérida y Carlos Alberto Guzmán Avendaño, quienes en el año 2001 deciden tomarse de la mano y cumplir sus sueños. Andrea con tres hijos, a quienes él protegió siempre, y Carlos Alberto llegó a su vida con un puñado de sueños que ella se encargó de hacerlos suyos.

Años después, Carlos Alberto descubriría que su vocación era cocinar y al conocerse y tener de pareja a Andrea fusionan no solo su amor, sino que ella lo motiva para que se especialice en el arte de la comida cantonesa, china…

Juntos, Andrea y Carlos cambian de ciudad y en Monterrey se establecen una temporada. La enfermedad de la madre de Andrea los coloca en un escenario que, en el año 2011, terminó con la vida de Alicia Mérida.

Antes, la suegra de Carlos Alberto le comparte todos los secretos más íntimos de la cocina, lo convierte en un chef, porque para Carlos Alberto su mayor deseo era ser un maestro de la cocina china.

Y mientras la vida continúa en esta pareja que hoy están más enamorados que cuando comenzaron la aventura de estar juntos, otro acontecimiento de salud, una operación mal realizada, pone en peligro la vida de Andrea. Vivieron juntos momentos de angustia y solo estaba en manos de Dios.

En estado grave, ocurrió que en uno de sus breves despertares Andrea le dice a Carlos Alberto -nunca me pediste matrimonio-. Sensible y enamorado, Carlos Alberto decide pedirle matrimonio mientras agoniza. Sin perder el buen humor ella le dice -pero híncate y pídeme que sea tu esposa-.

Y la pareja se casó el 7 de junio del año 2019, teniendo como escenario el hospital de alta especialidad Ciudad Salud. Ella se iría al más allá como esposa de Carlos Alberto y él se convertiría en viudo.

Fueron momentos difíciles y ninguno de los dos podía ver la historia de amor sin el sueño hecho realidad de toda mujer, casarse. El resto es fácil de contar. Andrea recibe un milagro, el regalo de la vida; se recupera y con esa oportunidad de vida decide que es el momento de apoyar a su esposo que desea cocinar, ofrecer lo que sabe hacer.

En el año 2023, exactamente hace 7 meses, sobre la calle que va a la Preparatoria número 2, abren un espacio agradable, con lo necesario, con detalles y una decoración ad hoc a la especialidad de la casa y Carlos Alberto debuta como chef.

La aceptación fue grandiosa. Andrea, que gusta de la cocina, pero que no es tan apasionada como su esposo, decide apoyarlo. Ella sabe que con amor y juntos pueden conquistar lo que se propongan, y el éxito se instaló en el restaurante que lleva el nombre de “Villa Jardín”.

Andrea Ley es madre de 3 hijos, los mismos que Carlos Alberto quiere. Andrea Michel, Brian Alexis y Ernesto Manuel, los tres son profesionistas y los tres, asegura nuestra entrevistada de Diario del Sur, -son excelentes cocineros, les encanta fabricar platos de comida china con ese ingrediente y energía que ponen los jóvenes-.

Andrea tuvo una infancia feliz, esa etapa definió la estabilidad emocional que hoy sostienen al lado de su esposo. Anota con nostalgia que fue muy consentida por su madre y con una estricta educación por su padre. Se convirtió en madre a los 18 años y eso la hizo una mujer responsable.

Carlos Alberto, hijo de padres amorosos que, tal vez no le dieron todo en la vida pero, le dieron lo suficiente para que hoy viviera con mucha estabilidad al lado de Andrea.

El uno sin el otro nunca hubiera resucitado este restaurante de comida china que mantiene en su carta el “Especial Villa Jardín”, una delicia que reúne carnes y mariscos en un plato que tiene como ingrediente principal el amor.

Andrea llegó al mundo el 22 de diciembre y Carlos Alberto el 17 del mismo mes. No sabría decir si Capricornio y Sagitario son compatibles en el sueño de quien inventó los horóscopos, pero en la vida real los astros y Dios hicieron todo para que nuestra pareja de hoy comparten trabajo y un amor a punto de turrón.

Aquella historia de Manuel Ley y Alicia Mérida, en donde él instruye a su esposa en la sazón oriental, Andrea, que tiene mucho parecido físico con su madre, la repitió con su compañero de vida.


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La sazón de hoy comenzó hace muchos años con el abuelo de Andrea, Don Ramón Ley Wong, quien en el corazón de la ciudad abrió un restaurante y en donde su hijo Manuel Ley Reyes aprendió este noble oficio. Él se lo transmitió a su esposa y después a sus tres hijos. La raza oriental es una casta fuerte, porque la genética incluye trabajo y disciplina.

Andrea Ley y Carlos Alberto Guzmán son los protagonistas de una historia de amor. Los dos comparten el mismo sentimiento y el mismo talento por la cocina, están enamorados, agradecidos con Dios por haber sido el vehículo para que se encontraran, convencidos de que hoy, juntos son más que dos.

Es una historia de amor y superación marcada por la cocina, en donde el destino acaba cruzando los caminos de ambos. Y mientras tanto, después de leer, tal vez usted quisiera tener la mitad del don culinario del que hacen gala la pareja de hoy, o tal vez, un poquito de ese amor a punto de turrón.

morancarlos.escobar1958@gmail.com

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