Yamel García, cantante profesional y maestra de música en una escuela preparatoria en Tapachula, comparte con Diario del Sur la profunda relevancia de las artes en la formación de niños y jóvenes, subrayando su impacto en el desarrollo emocional y social.
Desde temprana edad, sintió afinidad por las artes, influenciada por su entorno familiar y sus primeros acercamientos a la música. Su trayectoria musical, marcada por experiencias en bandas de rock y la participación en la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca, la llevó a descubrir no solo su pasión, sino también su vocación docente.
"La educación musical no es solo una materia de relleno", enfatiza. Es un espacio para que los niños y adolescentes exploren y expresen sus emociones, desarrollando habilidades sociales y motoras fundamentales para su crecimiento.
A pesar de la percepción común de las clases de música como un momento de recreación, la profesora recalca su importancia en la formación integral de los estudiantes. "Las artes fortalecen la empatía, la comprensión y la madurez en los jóvenes. Son una herramienta vital para comprender el mundo que los rodea y relacionarse con él de manera crítica".
Respecto a la etiqueta de "materia de relleno" que a menudo se asigna a la educación musical y la educación física, García señala las repercusiones negativas en el desarrollo motor de las nuevas generaciones. "Es crucial promover estas materias para evitar el deterioro de las habilidades básicas", advierte.
Con pasión por su labor educativa, enfoca sus esfuerzos en fomentar la confianza y seguridad de sus alumnos a través de la música. "No busco formar músicos, sino personas seguras de sí mismas", declara. La música les brinda la valentía para enfrentar desafíos y explorar su potencial sin límites.
Afirma que el impacto transformador de la educación musical es evidente. El cambio es positivo en la actitud de sus estudiantes, incluso en aquellos inicialmente reacios a participar. "El arte provoca reacciones", afirma. "Es fundamental el vínculo entre el profesor y el alumno para cultivar una experiencia enriquecedora".
Para García, el aprendizaje musical no conoce límites de edad. Desde niños hasta adultos, la música ofrece una oportunidad para el crecimiento personal y la autoexpresión. "Lo hermoso es que nunca es tarde para empezar", enfatiza.
Finalmente, la profesora Yamel ofrece un consejo a los padres que desestiman el interés de sus hijos por la música debido a preocupaciones económicas. "Apoyen los sueños de sus hijos", insta. "La felicidad y la realización personal son tan importantes como la estabilidad económica. No teman explorar nuevos caminos y siempre busquen el crecimiento y la felicidad de sus hijos".
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