Comerciantes guatemaltecos que burlaban los cercos aduanales y migratorios en la frontera con México, en el Puerto Fronterizo Talismán, se han visto obligados a cruzar sus mercancías por la vía formal, luego que el río Suchiate destruyera los pasos de extravío.
Algunos vendedores chapines ahora pagan impuestos y son sujetos a revisiones en esta franja fronteriza, como parte del protocolo que se tiene que seguir para introducir mercancías a suelo guatemalteco.
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Y es que los caminos por donde a diario pasaban cientos de mercancías de abarrotes y otras cosas y artículos, quedaron incomunicados por la fuerza del agua, que arrasó con cimientos de caminos construidos durante años por los mismos balseros y tricicleros del río Suchiate.
Marcos, uno de los vendedores chapines, expuso que ahora es la única manera que tienen de pasar sus mercancías, ya que hacerlo por el único camino que se ha improvisado río abajo es imposible porque hay que escalar una pequeña montaña.
“Nadie lo carga, son mercancías pesadas que pasan y ahora están cobrando mucho, entonces lo hacemos nosotros por la vía formal en nuestros ‘diablos’ para hacerlo más cómodamente”, explicó.
La tarea la replican varios comerciantes que se dedican a la venta de productos provenientes de México en esta franja fronteriza, ya que es la única forma para poder mantener surtidos sus comercios con los productos que ya han sido posicionados entre sus clientes.
Entre lo más vendido y demandado por los guatemaltecos se encuentran los detergentes, cervezas, refrescos embotellados, papel higiénico, productos para aseo personal y de casa, así como algunos alimentos enlatados, entre los que destacan el cereal y el atún.
