El tráfico de aves en el estado de Chiapas, principalmente de loros es preocupante, señaló Claudia Macías Caballero, subdirectora de conservación e integrante de la ONG Pronatura.
Explicó que en territorio chiapaneco se han identificado tres rutas muy marcadas para éste ilícito, que pone en riesgo la diversidad de aves en varias regiones de la entidad, principalmente de loros.
En primer lugar se encuentra la zona Costa, donde el tráfico de aves es especialmente activo debido a la diversidad de especies y a la cercanía con rutas marítimas internacionales. Esta región ha sido identificada como un punto crítico para la captura y comercialización ilegal de aves, pero principalmente de loros.
La segunda ruta destacada por Macías Caballero es la ruta de la Selva Lacandona. Esta área, caracterizada por su exuberante biodiversidad, es un objetivo para los traficantes de aves que buscan especies exóticas para el mercado ilegal de mascotas, como las guacamayas.
La tercera ruta señalada es la carretera Puente Chiapas-Las Choapas, que conecta importantes áreas de conservación y zonas urbanas. Esta vía se ha convertido en un corredor ilegal de aves, facilitando el transporte de las especies capturadas hacia otros puntos de venta.
“El tráfico de aves no solo representa una amenaza para la biodiversidad de Chiapas, sino también para el bienestar de las propias aves, que son sometidas a condiciones de estrés y maltrato durante su captura y transporte”, expresó.
Pronatura y otras organizaciones han intensificado esfuerzos para combatir el tráfico ilegal de aves implementando programas de vigilancia y concientización, así como acciones legales para perseguir a los responsables de este delito ambiental.
Puntualizó que a pesar de los esfuerzos de las autoridades y organizaciones civiles, el tráfico de aves sigue siendo un problema importante en Chiapas por lo que se requiere una mayor cooperación entre el gobierno, la sociedad civil y la población local para proteger la riqueza natural y garantizar el bienestar de las aves silvestres.
UN SAQUEO INDISCRIMINADO
En las más de 164 mil hectáreas de la reserva de la Biósfera La Encrucijada, ubicada en la Costa de Chiapas, el problema de saqueo de aves se da principalmente en pericos, loros y cotorras, indicó Gerardo Pérez Galdámez, responsable del área de Turismo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Explicó que estas especias están en peligro por la cacería furtiva que se realiza indiscriminadamente y se agudiza en la temporada de reproducción.
“Existe la mala costumbres que se ha generado entre la población, de tener como mascota a estas especies de aves, principalmente de pericos, loros y cotorras, que se reproducen en esta fecha”, expresó.
Añadió que para disminuir el tráfico de aves y otras especies, que pone en riesgo la biodiversidad de la biósfera, han realizado pláticas de conservación en diferentes comunidades ubicadas alrededor de la reserva.
Precisó que éstos encuentros buscan involucrar, así como sensibilizar a la población sobre la importancia de proteger la biodiversidad y desalentar el tráfico ilegal de especies en la zona de la reserva.
“Estos eventos tienen como objetivo sensibilizar a la población local sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y preservar la biodiversidad de La Encrucijada, para garantizar su protección a largo plazo y que la disfruten las nuevas generaciones”, abundó.
Indicó que la participación activa de las comunidades es fundamental para enfrentar este problema, por lo que se tiene que buscar prácticas sostenibles que ayuden a salvaguardar este valioso ecosistema.
Dijo que además de la caza furtiva de aves, La Encrucijada enfrenta también desafíos ambientales, como la deforestación, la contaminación e incendios, por lo que se tiene que abordar estos problemas de manera integral, pues es fundamental para garantizar la salud y la sostenibilidad del ecosistema.
Puntualizó que tanto las autoridades y organizaciones ambientales están trabajando en estrecha colaboración para implementar medidas de protección más efectivas. Esto incluye el fortalecimiento de la vigilancia y la aplicación de sanciones contra aquellos que participen en actividades ilegales dentro del área protegida.
TRES MIL PESOS POR UN LORO O PERICO
En la región del Soconusco, de enero a abril es la temporada en la que se lleva a cabo la captura de crías de loros, pericos o cotorras, una práctica que ha generado debate y preocupación entre las autoridades, así como ONGs que cuidan las reservas naturales en Chiapas.
Diario del Sur tuvo la oportunidad de platicar con una persona que se dedica a la captura de este tipo de aves y mencionó que se venden de acuerdo al tamaño que tenga el ave.
Comentó que marzo y abril es el tiempo en el que los cazadores aprovechan la temporada para capturar y comercializar a éstas aves, a pesar de que saben que su libertad está en riesgo, pues es un delito federal.
Los precios de las crías de loros pueden alcanzar hasta los 3 mil pesos en el mercado, aunque estos valores pueden variar dependiendo del tamaño y la especie, pues hay demanda creciente ya que las busca como mascotas.
Dijo que en una temporada se pueden capturar hasta 10 loros y de cotorras unos 30 especímenes, pero todo depende de la zona en que se haga la caza, ya que las personas las buscan mucho, comercializandose en los 15 municipios de la región del Soconusco e incluso fuera del estado de Chiapas, aunque por lo regular solo las venden en la zona para evitar problemas con las autoridades federales.
Finalmente puntualizó que hay personas que viven exclusivamente de la venta de aves y entre más exóticas son más caras se venden en el mercado negro, ya que tienen gran demanda.
