Cuando anunció su intención de reelegirse, inmediatamente los reflectores se posicionaron mucho más sobre ella que sobre cualquier otra persona, y era lógico, pues aquella (o aquel) que pretende repetir, si no está acompañada de buenos resultados, no tiene la más mínima oportunidad. Así que el primer paso estaba bien dado.
Se ha demostrado una y otra vez que no existe ningún campo en donde las mujeres no puedan desempeñarse con eficiencia; les sientan bien los papeles protagonistas. Y es que cuando las mujeres ponen todo de su parte, los resultados se ven inmediatamente. Ocurre en el plano familiar, en los proyectos sociales o culturales, los escolares, y por supuesto en la administración pública, porque difícilmente se les puede engañar, sobre todo en cómo ahorrar y lograr que los ingresos alcancen para todo y para todos, hasta para la diversión. Pregúntenle a cualquier madre de familia. Eso además de la buena compañía que son: atentas, tiernas, ocurrentes; se preocupan y se ocupan.
Ya quedó plasmada en la historia de la Perla del Soconusco como esa política apasionada, para nada solitaria, que expresa sin tapujo alguno lo que siente y lo que piensa, que ha procurado resolver los principales problemas de su amiga Tapachula, como ella la llama, y vaya que lo ha logrado: su palabra vale, pero además, no pierde la belleza, el don de gente.
No descansa en el caminar de este nuevo proyecto. Escucha a las personas, las pone al tanto de cómo se van atendiendo las necesidades y de lo que se tiene que hacer para continuar con la Cuarta Transformación. Lo mejor es que a donde quiera que va, aceptan sus propuestas, y mejor aún, la aceptan a ella, como mensajera, como política, como mujer comprometida. Tan es así que usted, amable lector, ya sabe de quien hablo sin que haya mencionado su nombre.
Por todas estas razones es importante no perderse ningún detalle del quehacer político de Rosi Urbina, que visto está sabe potencializar las buenas ideas, las que son de beneficio colectivo, desde el sentido común. Políticos así son los que dejan huella y son difíciles de igualar.
El tema de la reelección no le quita el sueño porque simplemente hace lo que sabe: demostrar con hechos contundentes el valor de su palabra y de su forma de gobernar. Es una mujer madura y políticamente bien aceptada en la aldea. Sigue siendo bien recibida. Su discurso es breve, convincente, con grandes ejemplos de su gobierno. Sabe que la voluntad radica en la gente y ella se debe a la gente, así lo expresado en más de una ocasión. No se queda quieta, no descansa cuando quiere algo. No lo ha hecho desde que el Congreso del estado le confirió la obligación, y en la primera ocasión en la que el pueblo se lo refrenó en las urnas.
No es la primera vez que Rosy Urbina (ya sabíamos que de ella hablaba) convence al electorado en su caminar, ni será la última. Tiene mucho futuro por delante y seguirá siendo un referente indiscutible en la política del Estado. Comentarios a: rgonzalez@diariodelsur.com.mx