/ miércoles 8 de noviembre de 2023

Carrereando la Chuleta | De héroes

¿Qué es un héroe? Alguien que realizó una o varias hazañas (o realiza), poniendo incluso en riesgo su propia vida, sin obtener nada a cambio, o al menos esa no es la intención primaria. ¿Conoce alguno? Que no sea la Mujer Maravilla, Batman, Superman o alguno de esos, hablo de alguien real, cercano.

Escuchaba la historia de Jesús García Corona, el héroe de Nacozari y por quien se conmemora el 7 de noviembre el día del ferrocarrilero. Un joven sonorense de apenas 25 años que quedó a cargo de un tren que cubría el trayecto entre Nacozari y la mina de Pilares. Resumiendo la historia, el tren iba cargado de dinamita, se generó un incendio. El joven héroe se hizo cargo de la situación y trató de llevar el tren lejos del poblado para que no explotara a medio pueblo y generara una tragedia mayor (porque de todas formas se murieron algunos que iban pasando cerca). Ante el inminente descenlace intentó saltar y alejarse, pero no resultó; el tren estalló antes.

No pude evitar preguntarme si en la actualidad alguien haría algo así por su pueblo, su comunidad. En realidad lo dudo, en algún momento de estos cambios vertiginosos en la sociedad perdimos nuestra capa de héroes, o tal vez sólo la doblamos y la metimos al baúl. Pero si bien no es fácil encontrar a otro Jesús García Corona, lo cierto es que sí hay heroinas y héroes a nuestro alrededor.

Conozco mujeres que hacen casi milagros para mantener a sus hijos, no importando si están enfermas, si tienen hambre, si no tienen qué ponerse o si anímicamente están devastadas. Se levantan todos los días con una sonrisa para hacerles más llevadera la vida a los que quieren. Conozco adultos mayores que aun con sus achaques, sus años a cuestas, su decepción, sus temores, agarran su carrito de paletas y nieves; o de camotes, o de chicharrines, y utilizándolo como andadera se van a caminar por las calles, bajo el sol, la lluvia, frío casi no hace acá, pero sí viento; y ganan una batalla cada día. Conozco niñas y niños, porque aún lo son, que toman las riendas de una familia de padres ausentes, ya sea porque los abandonaron sin más, o porque se murieron, el caso es que se hacen cargo de uno, dos, tres hermanitos menores, y a su corta edad se las ingenian para que todos coman, para que haya un techo para todos.

Todas estas personas son heroinas y héroes que no reconocemos, y a lo mejor algún político sin quehacer y sin ideas, sube una propuesta para conmemorar a los héroes sin medallas. Seguramente pasaría lo mismo que con el Día de la Mujer, o de la No Violencia, o como tantos días que sirven para que haya grandes discursos, eventos, fotos, para que las redes sociales se llenen, pero que al otro día las cosas sigan igual.

Si hay héroes es porque hay desprotegidos, porque hay gente que necesita ayuda y apoyo. No los dejemos solos. Volteemos a ver a nuestro prójimo, a los vecinos, y seguro encontramos alguien que merece más que un reconocimiento, que se le apoye. Muchas organizaciones no gubernamentales están en estos casos, esas que sí trabajan, que se parten en pedazos por apoyar causas de gente que ni conocen y sin recibir nada a cambio; mujeres jefas de familia que más que una dádiva mensual, requieren que sus hijos coman todos los días, que vayan a la escuela y estén cuidados mientras ellas tienen que trabajar.

En fin, Ladybug, el Hombre Araña, tendrían montones de cosas qué hacer en un país como el nuestro, en nuestra ciudad, en nuestro barrio; en lo que llegan por aquí, bien podríamos ayudarles ¿no cree? Comentarios a:

r.gonzález@diariodelsur.com.mx LA CHULETA

Por Ronay González

De héroes

¿Qué es un héroe? Alguien que realizó una o varias hazañas (o realiza), poniendo incluso en riesgo su propia vida, sin obtener nada a cambio, o al menos esa no es la intención primaria. ¿Conoce alguno? Que no sea la Mujer Maravilla, Batman, Superman o alguno de esos, hablo de alguien real, cercano.

Escuchaba la historia de Jesús García Corona, el héroe de Nacozari y por quien se conmemora el 7 de noviembre el día del ferrocarrilero. Un joven sonorense de apenas 25 años que quedó a cargo de un tren que cubría el trayecto entre Nacozari y la mina de Pilares. Resumiendo la historia, el tren iba cargado de dinamita, se generó un incendio. El joven héroe se hizo cargo de la situación y trató de llevar el tren lejos del poblado para que no explotara a medio pueblo y generara una tragedia mayor (porque de todas formas se murieron algunos que iban pasando cerca). Ante el inminente descenlace intentó saltar y alejarse, pero no resultó; el tren estalló antes.

No pude evitar preguntarme si en la actualidad alguien haría algo así por su pueblo, su comunidad. En realidad lo dudo, en algún momento de estos cambios vertiginosos en la sociedad perdimos nuestra capa de héroes, o tal vez sólo la doblamos y la metimos al baúl. Pero si bien no es fácil encontrar a otro Jesús García Corona, lo cierto es que sí hay heroinas y héroes a nuestro alrededor.

Conozco mujeres que hacen casi milagros para mantener a sus hijos, no importando si están enfermas, si tienen hambre, si no tienen qué ponerse o si anímicamente están devastadas. Se levantan todos los días con una sonrisa para hacerles más llevadera la vida a los que quieren. Conozco adultos mayores que aun con sus achaques, sus años a cuestas, su decepción, sus temores, agarran su carrito de paletas y nieves; o de camotes, o de chicharrines, y utilizándolo como andadera se van a caminar por las calles, bajo el sol, la lluvia, frío casi no hace acá, pero sí viento; y ganan una batalla cada día. Conozco niñas y niños, porque aún lo son, que toman las riendas de una familia de padres ausentes, ya sea porque los abandonaron sin más, o porque se murieron, el caso es que se hacen cargo de uno, dos, tres hermanitos menores, y a su corta edad se las ingenian para que todos coman, para que haya un techo para todos.

Todas estas personas son heroinas y héroes que no reconocemos, y a lo mejor algún político sin quehacer y sin ideas, sube una propuesta para conmemorar a los héroes sin medallas. Seguramente pasaría lo mismo que con el Día de la Mujer, o de la No Violencia, o como tantos días que sirven para que haya grandes discursos, eventos, fotos, para que las redes sociales se llenen, pero que al otro día las cosas sigan igual.

Si hay héroes es porque hay desprotegidos, porque hay gente que necesita ayuda y apoyo. No los dejemos solos. Volteemos a ver a nuestro prójimo, a los vecinos, y seguro encontramos alguien que merece más que un reconocimiento, que se le apoye. Muchas organizaciones no gubernamentales están en estos casos, esas que sí trabajan, que se parten en pedazos por apoyar causas de gente que ni conocen y sin recibir nada a cambio; mujeres jefas de familia que más que una dádiva mensual, requieren que sus hijos coman todos los días, que vayan a la escuela y estén cuidados mientras ellas tienen que trabajar.

En fin, Ladybug, el Hombre Araña, tendrían montones de cosas qué hacer en un país como el nuestro, en nuestra ciudad, en nuestro barrio; en lo que llegan por aquí, bien podríamos ayudarles ¿no cree? Comentarios a:

r.gonzález@diariodelsur.com.mx

¿Qué es un héroe? Alguien que realizó una o varias hazañas (o realiza), poniendo incluso en riesgo su propia vida, sin obtener nada a cambio, o al menos esa no es la intención primaria. ¿Conoce alguno? Que no sea la Mujer Maravilla, Batman, Superman o alguno de esos, hablo de alguien real, cercano.

Escuchaba la historia de Jesús García Corona, el héroe de Nacozari y por quien se conmemora el 7 de noviembre el día del ferrocarrilero. Un joven sonorense de apenas 25 años que quedó a cargo de un tren que cubría el trayecto entre Nacozari y la mina de Pilares. Resumiendo la historia, el tren iba cargado de dinamita, se generó un incendio. El joven héroe se hizo cargo de la situación y trató de llevar el tren lejos del poblado para que no explotara a medio pueblo y generara una tragedia mayor (porque de todas formas se murieron algunos que iban pasando cerca). Ante el inminente descenlace intentó saltar y alejarse, pero no resultó; el tren estalló antes.

No pude evitar preguntarme si en la actualidad alguien haría algo así por su pueblo, su comunidad. En realidad lo dudo, en algún momento de estos cambios vertiginosos en la sociedad perdimos nuestra capa de héroes, o tal vez sólo la doblamos y la metimos al baúl. Pero si bien no es fácil encontrar a otro Jesús García Corona, lo cierto es que sí hay heroinas y héroes a nuestro alrededor.

Conozco mujeres que hacen casi milagros para mantener a sus hijos, no importando si están enfermas, si tienen hambre, si no tienen qué ponerse o si anímicamente están devastadas. Se levantan todos los días con una sonrisa para hacerles más llevadera la vida a los que quieren. Conozco adultos mayores que aun con sus achaques, sus años a cuestas, su decepción, sus temores, agarran su carrito de paletas y nieves; o de camotes, o de chicharrines, y utilizándolo como andadera se van a caminar por las calles, bajo el sol, la lluvia, frío casi no hace acá, pero sí viento; y ganan una batalla cada día. Conozco niñas y niños, porque aún lo son, que toman las riendas de una familia de padres ausentes, ya sea porque los abandonaron sin más, o porque se murieron, el caso es que se hacen cargo de uno, dos, tres hermanitos menores, y a su corta edad se las ingenian para que todos coman, para que haya un techo para todos.

Todas estas personas son heroinas y héroes que no reconocemos, y a lo mejor algún político sin quehacer y sin ideas, sube una propuesta para conmemorar a los héroes sin medallas. Seguramente pasaría lo mismo que con el Día de la Mujer, o de la No Violencia, o como tantos días que sirven para que haya grandes discursos, eventos, fotos, para que las redes sociales se llenen, pero que al otro día las cosas sigan igual.

Si hay héroes es porque hay desprotegidos, porque hay gente que necesita ayuda y apoyo. No los dejemos solos. Volteemos a ver a nuestro prójimo, a los vecinos, y seguro encontramos alguien que merece más que un reconocimiento, que se le apoye. Muchas organizaciones no gubernamentales están en estos casos, esas que sí trabajan, que se parten en pedazos por apoyar causas de gente que ni conocen y sin recibir nada a cambio; mujeres jefas de familia que más que una dádiva mensual, requieren que sus hijos coman todos los días, que vayan a la escuela y estén cuidados mientras ellas tienen que trabajar.

En fin, Ladybug, el Hombre Araña, tendrían montones de cosas qué hacer en un país como el nuestro, en nuestra ciudad, en nuestro barrio; en lo que llegan por aquí, bien podríamos ayudarles ¿no cree? Comentarios a:

r.gonzález@diariodelsur.com.mx LA CHULETA

Por Ronay González

De héroes

¿Qué es un héroe? Alguien que realizó una o varias hazañas (o realiza), poniendo incluso en riesgo su propia vida, sin obtener nada a cambio, o al menos esa no es la intención primaria. ¿Conoce alguno? Que no sea la Mujer Maravilla, Batman, Superman o alguno de esos, hablo de alguien real, cercano.

Escuchaba la historia de Jesús García Corona, el héroe de Nacozari y por quien se conmemora el 7 de noviembre el día del ferrocarrilero. Un joven sonorense de apenas 25 años que quedó a cargo de un tren que cubría el trayecto entre Nacozari y la mina de Pilares. Resumiendo la historia, el tren iba cargado de dinamita, se generó un incendio. El joven héroe se hizo cargo de la situación y trató de llevar el tren lejos del poblado para que no explotara a medio pueblo y generara una tragedia mayor (porque de todas formas se murieron algunos que iban pasando cerca). Ante el inminente descenlace intentó saltar y alejarse, pero no resultó; el tren estalló antes.

No pude evitar preguntarme si en la actualidad alguien haría algo así por su pueblo, su comunidad. En realidad lo dudo, en algún momento de estos cambios vertiginosos en la sociedad perdimos nuestra capa de héroes, o tal vez sólo la doblamos y la metimos al baúl. Pero si bien no es fácil encontrar a otro Jesús García Corona, lo cierto es que sí hay heroinas y héroes a nuestro alrededor.

Conozco mujeres que hacen casi milagros para mantener a sus hijos, no importando si están enfermas, si tienen hambre, si no tienen qué ponerse o si anímicamente están devastadas. Se levantan todos los días con una sonrisa para hacerles más llevadera la vida a los que quieren. Conozco adultos mayores que aun con sus achaques, sus años a cuestas, su decepción, sus temores, agarran su carrito de paletas y nieves; o de camotes, o de chicharrines, y utilizándolo como andadera se van a caminar por las calles, bajo el sol, la lluvia, frío casi no hace acá, pero sí viento; y ganan una batalla cada día. Conozco niñas y niños, porque aún lo son, que toman las riendas de una familia de padres ausentes, ya sea porque los abandonaron sin más, o porque se murieron, el caso es que se hacen cargo de uno, dos, tres hermanitos menores, y a su corta edad se las ingenian para que todos coman, para que haya un techo para todos.

Todas estas personas son heroinas y héroes que no reconocemos, y a lo mejor algún político sin quehacer y sin ideas, sube una propuesta para conmemorar a los héroes sin medallas. Seguramente pasaría lo mismo que con el Día de la Mujer, o de la No Violencia, o como tantos días que sirven para que haya grandes discursos, eventos, fotos, para que las redes sociales se llenen, pero que al otro día las cosas sigan igual.

Si hay héroes es porque hay desprotegidos, porque hay gente que necesita ayuda y apoyo. No los dejemos solos. Volteemos a ver a nuestro prójimo, a los vecinos, y seguro encontramos alguien que merece más que un reconocimiento, que se le apoye. Muchas organizaciones no gubernamentales están en estos casos, esas que sí trabajan, que se parten en pedazos por apoyar causas de gente que ni conocen y sin recibir nada a cambio; mujeres jefas de familia que más que una dádiva mensual, requieren que sus hijos coman todos los días, que vayan a la escuela y estén cuidados mientras ellas tienen que trabajar.

En fin, Ladybug, el Hombre Araña, tendrían montones de cosas qué hacer en un país como el nuestro, en nuestra ciudad, en nuestro barrio; en lo que llegan por aquí, bien podríamos ayudarles ¿no cree? Comentarios a:

r.gonzález@diariodelsur.com.mx