/ lunes 23 de octubre de 2023

La Voz del Obispo | ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?

Querida familia diocesana les saludo desde Roma nuevamente, desde la cercanía cordial y del Espíritu que me une con ustedes en el camino sinodal con Pedro y bajo Pedro.

1. Querida familia diocesana, hoy en el Evangelio de San Mateo (Mt 22, 15-21), se nos presenta aquella pregunta sumamente comprometedora que los fariseos hacen a Jesús a cerca del tributo al Emperador romano: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César? Esta pregunta coloca a Jesús, como decimos “entre la espada y la pared”. Ya que una respuesta afirmativa se encontraría con la oposición del pueblo, pues la gran mayoría rechazaba pagar este tributo. Pero, al mismo tiempo, una respuesta negativa, podría ser motivo suficiente para acusarlo de rebeldía. La respuesta de Jesús no tiene la intención de establecer dos ámbitos de poder, sino de que se coloque en el lugar correcto que tiene cualquier poder humano, temporal, limitado y finito, frente a la soberanía absoluta, ilimitada e infinita de Dios.

Por tanto, lo más importante para Jesús, y para nosotros sus discípulos misioneros, no son los derechos del César sino los de Dios. De ahí que Cristo ejerce su señorío sobre toda autoridad. El reinado de Dios se ha hecho presente en la historia humana a través de su Hijo. La misión de anunciar el Evangelio sigue siendo tarea de todos los que creemos en el Señor para ser portadores gozosos del Evangelio. La misión permite vivir y crecer a la iglesia, como la iglesia impulsa y fortalece la misión. Mal hacemos cuando llamamos misión a las actividades esporádicas y pasajeras. La misión es la responsabilidad existencial inherente a su ser cristiano que tiene todo bautizado. Todo bautizado es cristiano y todo cristiano es un misionero. Para llegar a esta conciencia conviene tener presente lo que hoy clarifica el Señor Jesús: no endiosemos y no nos confundamos, Dios es uno. La autoridad civil no es Dios, el dinero tampoco lo es y nuestro deber es dar a Dios lo que nos corresponde: toda nuestra vida y la tarea de hacerlo presente, por todos los rincones de la tierra, con nuestra forma de vivir, mostrando con nuestra vida el estilo de vida de Jesús.

2. Camino Sinodal. En esta semana que terminamos, los trabajos sinodales nos han dado la oportunidad de orar, reflexionar y compartir sobre dos cuestionamientos fundamentales: ¿Cómo podemos compartir dones y tareas al servicio del Evangelio? Y ¿Qué procesos, estructuras e instituciones son necesarios en una Iglesia Sinodal misionera? Estas mismas preguntas deseo que se las haga cada uno de ustedes, porque son también parte del camino sinodal.

El camino sinodal es ante todo un estilo de vida que asume quien se dice discípulo misionero de Jesucristo. Es entendernos como parte del pueblo amado por Dios para manifestar sus maravillas a todas las naciones. Este pueblo es formado por todo bautizado y está llamado a ser corresponsables en esta misión. Cada uno de nosotros es un regalo de Dios para su Iglesia y para la humanidad. Por ello, todos debemos responder; nadie se puede quedar cruzado de brazos. Todos somos parte de esta misión.

22 de octubre de 2023/43

3. Domingo Mundial de las Misiones. “Corazones fervientes, pies en camino”, es el título del mensaje con el que el Papa Francisco anima esta jornada mundial en favor de las misiones. Recordemos que la Misión tiene una Iglesia. Es misión de la Iglesia anunciar el Evangelio y hacer presente a Cristo, mediante el don del Espíritu.

El tema elegido se inspira en el relato de los discípulos de Emaús, en el Evangelio de Lucas (cf. 24,13- 35).

Aquellos dos discípulos estaban confundidos y desilusionados, pero el encuentro con Cristo en la Palabra y en el Pan partido encendió su entusiasmo para volver a ponerse en camino hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado verdaderamente.
En el relato evangélico nos recuerda el Papa Francisco, percibimos la trasformación de los discípulos a partir de algunas imágenes sugestivas:los corazones que ardencuando Jesús explica las Escrituras, los ojos abiertos al reconocerlo y, como culminación, los pies que se ponen en camino. Meditando sobre estos tres aspectos, que trazan el itinerario de los discípulos misioneros, podemos renovar nuestro celo por la evangelización en el mundo actual.

4. Segunda tanda de ejercicios espirituales para el presbiterio. Ha terminado la segunda tanda de ejercicios espirituales para nuestros sacerdotes. Agradezco a mis hermanos presbíteros su presencia y disposición. Que el Señor siga renovando la alegría y entrega de su ministerio en favor de su pueblo amado. Agradezco, así mismo, al P. Rogelio Narváez por su colaboración, y a toda la familia diocesana que nos ha apoyado con su oración. Gracias.

5. La cumbre de la migración. Para este domingo, el Presidente de nuestro país ha convocado en Palenque a once mandatarios (Colombia, Cuba, Honduras, Haití, Venezuela, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Belice, Costa Rica y Panamá) a la primera cumbre para dialogar sobre el tema de la migración. A la fecha que escribo, los primeros siete de la lista han confirmado su asistencia, pero parece que los otros se harán presentes enviando a algún representante de su gobierno para tratar este asunto tan delicado.

Esta cumbre llamada Por una vecindad fraterna y en busca del bienestar, según la voz oficial, es un intento de diálogo para tratar de ir a las raíces del problema de la migración, con el propósito de buscar las causas de este creciente fenómeno migratorio y encontrar soluciones que atiendan el problema desde la raíz, evite el que las personas se vean obligadas a salir de su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida para su familia e involucre en la solución a aquellas naciones que tienen más recursos. Antes de presentar la propuesta al país vecino del norte, el presidente quiere exponerla a aquellos mandatarios de los países que tienen más población en tránsito, para ver qué se puede hacer para evitar la salida de los migrantes que, cada vez más, van buscando quedarse en los países que encuentran en su recorrido, principalmente en el nuestro.

Es bueno saber que, al menos, hay un intento oficial por reconocer este fenómeno creciente cuya atención hemos venido denunciando desde hace mucho tiempo. No sabemos qué vaya a resultar de esta cumbre. Solo esperamos que los resultados favorezcan a los hermanos migrantes en su persona, en la seguridad de su camino y en la agilización del trámite burocrático que les permita llegar pronto y seguros a su destino.

Lo cierto es que nosotros vivimos este fenómeno creciente a simple vista. Hoy, todas nuestras plazas, nuestros pueblos y nuestros caminos se ven llenos de hermanos migrantes en tránsito, cuya presencia ha rebasado del todo nuestra capacidad de respuesta para asistirlos. Sin embargo, con la fuerza que viene de Dios hemos de mantener la asistencia, al menos, a nivel de signo y cuidar que nuestra palabra, nuestros gestos, nuestro trato para con ellos sea de hermano a hermano, con todo lo que la fraternidad querida por Dios trae consigo.

Encomiendo a la paternal protección de San José, custodio de las vocaciones, y al abrazo amoroso y maternal de nuestra amada Reina Inmaculada Margarita Concepción, a toda la familia diocesana.

+ Jaime Calderón Calderón

VIII Obispo de Tapachula

Querida familia diocesana les saludo desde Roma nuevamente, desde la cercanía cordial y del Espíritu que me une con ustedes en el camino sinodal con Pedro y bajo Pedro.

1. Querida familia diocesana, hoy en el Evangelio de San Mateo (Mt 22, 15-21), se nos presenta aquella pregunta sumamente comprometedora que los fariseos hacen a Jesús a cerca del tributo al Emperador romano: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César? Esta pregunta coloca a Jesús, como decimos “entre la espada y la pared”. Ya que una respuesta afirmativa se encontraría con la oposición del pueblo, pues la gran mayoría rechazaba pagar este tributo. Pero, al mismo tiempo, una respuesta negativa, podría ser motivo suficiente para acusarlo de rebeldía. La respuesta de Jesús no tiene la intención de establecer dos ámbitos de poder, sino de que se coloque en el lugar correcto que tiene cualquier poder humano, temporal, limitado y finito, frente a la soberanía absoluta, ilimitada e infinita de Dios.

Por tanto, lo más importante para Jesús, y para nosotros sus discípulos misioneros, no son los derechos del César sino los de Dios. De ahí que Cristo ejerce su señorío sobre toda autoridad. El reinado de Dios se ha hecho presente en la historia humana a través de su Hijo. La misión de anunciar el Evangelio sigue siendo tarea de todos los que creemos en el Señor para ser portadores gozosos del Evangelio. La misión permite vivir y crecer a la iglesia, como la iglesia impulsa y fortalece la misión. Mal hacemos cuando llamamos misión a las actividades esporádicas y pasajeras. La misión es la responsabilidad existencial inherente a su ser cristiano que tiene todo bautizado. Todo bautizado es cristiano y todo cristiano es un misionero. Para llegar a esta conciencia conviene tener presente lo que hoy clarifica el Señor Jesús: no endiosemos y no nos confundamos, Dios es uno. La autoridad civil no es Dios, el dinero tampoco lo es y nuestro deber es dar a Dios lo que nos corresponde: toda nuestra vida y la tarea de hacerlo presente, por todos los rincones de la tierra, con nuestra forma de vivir, mostrando con nuestra vida el estilo de vida de Jesús.

2. Camino Sinodal. En esta semana que terminamos, los trabajos sinodales nos han dado la oportunidad de orar, reflexionar y compartir sobre dos cuestionamientos fundamentales: ¿Cómo podemos compartir dones y tareas al servicio del Evangelio? Y ¿Qué procesos, estructuras e instituciones son necesarios en una Iglesia Sinodal misionera? Estas mismas preguntas deseo que se las haga cada uno de ustedes, porque son también parte del camino sinodal.

El camino sinodal es ante todo un estilo de vida que asume quien se dice discípulo misionero de Jesucristo. Es entendernos como parte del pueblo amado por Dios para manifestar sus maravillas a todas las naciones. Este pueblo es formado por todo bautizado y está llamado a ser corresponsables en esta misión. Cada uno de nosotros es un regalo de Dios para su Iglesia y para la humanidad. Por ello, todos debemos responder; nadie se puede quedar cruzado de brazos. Todos somos parte de esta misión.

22 de octubre de 2023/43

3. Domingo Mundial de las Misiones. “Corazones fervientes, pies en camino”, es el título del mensaje con el que el Papa Francisco anima esta jornada mundial en favor de las misiones. Recordemos que la Misión tiene una Iglesia. Es misión de la Iglesia anunciar el Evangelio y hacer presente a Cristo, mediante el don del Espíritu.

El tema elegido se inspira en el relato de los discípulos de Emaús, en el Evangelio de Lucas (cf. 24,13- 35).

Aquellos dos discípulos estaban confundidos y desilusionados, pero el encuentro con Cristo en la Palabra y en el Pan partido encendió su entusiasmo para volver a ponerse en camino hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado verdaderamente.
En el relato evangélico nos recuerda el Papa Francisco, percibimos la trasformación de los discípulos a partir de algunas imágenes sugestivas:los corazones que ardencuando Jesús explica las Escrituras, los ojos abiertos al reconocerlo y, como culminación, los pies que se ponen en camino. Meditando sobre estos tres aspectos, que trazan el itinerario de los discípulos misioneros, podemos renovar nuestro celo por la evangelización en el mundo actual.

4. Segunda tanda de ejercicios espirituales para el presbiterio. Ha terminado la segunda tanda de ejercicios espirituales para nuestros sacerdotes. Agradezco a mis hermanos presbíteros su presencia y disposición. Que el Señor siga renovando la alegría y entrega de su ministerio en favor de su pueblo amado. Agradezco, así mismo, al P. Rogelio Narváez por su colaboración, y a toda la familia diocesana que nos ha apoyado con su oración. Gracias.

5. La cumbre de la migración. Para este domingo, el Presidente de nuestro país ha convocado en Palenque a once mandatarios (Colombia, Cuba, Honduras, Haití, Venezuela, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Belice, Costa Rica y Panamá) a la primera cumbre para dialogar sobre el tema de la migración. A la fecha que escribo, los primeros siete de la lista han confirmado su asistencia, pero parece que los otros se harán presentes enviando a algún representante de su gobierno para tratar este asunto tan delicado.

Esta cumbre llamada Por una vecindad fraterna y en busca del bienestar, según la voz oficial, es un intento de diálogo para tratar de ir a las raíces del problema de la migración, con el propósito de buscar las causas de este creciente fenómeno migratorio y encontrar soluciones que atiendan el problema desde la raíz, evite el que las personas se vean obligadas a salir de su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida para su familia e involucre en la solución a aquellas naciones que tienen más recursos. Antes de presentar la propuesta al país vecino del norte, el presidente quiere exponerla a aquellos mandatarios de los países que tienen más población en tránsito, para ver qué se puede hacer para evitar la salida de los migrantes que, cada vez más, van buscando quedarse en los países que encuentran en su recorrido, principalmente en el nuestro.

Es bueno saber que, al menos, hay un intento oficial por reconocer este fenómeno creciente cuya atención hemos venido denunciando desde hace mucho tiempo. No sabemos qué vaya a resultar de esta cumbre. Solo esperamos que los resultados favorezcan a los hermanos migrantes en su persona, en la seguridad de su camino y en la agilización del trámite burocrático que les permita llegar pronto y seguros a su destino.

Lo cierto es que nosotros vivimos este fenómeno creciente a simple vista. Hoy, todas nuestras plazas, nuestros pueblos y nuestros caminos se ven llenos de hermanos migrantes en tránsito, cuya presencia ha rebasado del todo nuestra capacidad de respuesta para asistirlos. Sin embargo, con la fuerza que viene de Dios hemos de mantener la asistencia, al menos, a nivel de signo y cuidar que nuestra palabra, nuestros gestos, nuestro trato para con ellos sea de hermano a hermano, con todo lo que la fraternidad querida por Dios trae consigo.

Encomiendo a la paternal protección de San José, custodio de las vocaciones, y al abrazo amoroso y maternal de nuestra amada Reina Inmaculada Margarita Concepción, a toda la familia diocesana.

+ Jaime Calderón Calderón

VIII Obispo de Tapachula